¿Suerte de principiante?
A pesar de que Juan Carlos Osorio apenas comienza hoy a trabajar en cancha con la Selección, no cabe duda de que le rezó a un muy buen santo, porque su debut le quedó que ni mandado a hacer.
Y es que el viernes, el Tri se mide con El Salvador, un equipo que llega hecho trizas por los problemas entre siete de sus principales jugadores y los directivos.
No sólo La Selecta tuvo que recurrir a 10 elementos Sub 23, sino que uno de ellos incluso juega en el futbol mexicano, con los Tigres de la Segunda Premier, y a sus 19 años lucha por ganarse un lugar en esa categoría tan olvidada.
Si a eso se le agrega que la Federación salvadoreña perdió a su principal patrocinador, por lo que dejará de percibir 300 mil dólares anuales del presupuesto de 2.5 millones que tiene, así como las fuertes versiones de que el técnico Ramón Maradiaga ya se está arrepintiendo de haber agarrado esta papa caliente, entonces se entiende que la cosa esté color de hormiga para El Salvador y muy favorable para que Osorio y su Tricolor luzcan en el Azteca.
Muy maduros Detrás de los reflectores de la Sub 17, cuentan que la labor silenciosa de la sicóloga Parma Aragón ha sido fundamental.
Me contaron que desde hace años, la terapeuta tiene una guía básica que le ha dado muy buenos resultados con los jovencitos, a cuya edad requieren ser bien asesorados para no salirse del huacal.
Aragón otorga a los futbolistas una pequeña guía con la que pueden estudiar el destino al que van, qué tipo de clima hay, qué llevar en la maleta para el aseo personal, además de que les hace hincapié en detalles básicos, como el no estrenar zapatos o no utilizarlos muy ajustados para no darle ventaja al rival por una posible ampolla, así como el mantener la presencia acorde al equipo que se representa, por eso los mexicanos lucieron una imagen sobria, a diferencia de otros jóvenes tatuados por todos lados.
No es casualidad la madurez que muestran los Sub 17, quienes otra vez alcanzaron buenas alturas en el Mundial.
Sin foto Con motivo del último partido de Pumas que vivió José Narro Robles como rector de la UNAM en CU, no faltó quien quisiera la foto del recuerdo, como el ex presidente felino, Luis Regueiro, quien se encontraba a la entrada del túnel por donde ingresa el rector.
La espera no fue mucha porque Narro llegó temprano y, en cuanto bajó de su auto fue abordado por Regueiro para saludarlo y pedirle una foto. Nada más que el rector llevaba el tiempo justo porque quería bajar al vestidor para despedirse de los jugadores y le tuvo que decir que no.
Sin más, Narro se metió al túnel y Regueiro se quedó como novia de pueblo.
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