Llegó para quedarse, pero poco tiempo.

Debutó en primera muy jovencito, a los 17 años y medio, pero solamente permaneció en el Atlas dos años y medio.

La historia de Rafael Márquez es conocida por todos, pero seguramente habrá quien no la valore en la medida justa.

Por ciertos pasajes con la selección ha sido estigmatizado sin recordar que aun los personajes extraordinarios tienen sus capítulos dolorosos.

La carrera de Márquez, campeón casi en cualquier lugar donde se paró, incluyendo la Champions League con el Barcelona, es mucho más que eso.

Es el gran capitán de la Selección, a la que nunca se negó a representar. Es uno de los centrales con mayor clase en el mundo. Y además de ello, ha tenido una vida personal alejada del escándalo: siempre ha sido un profesional en toda la extensión de la palabra.

Vuelve a México tras su pasaje por el futbol de Italia -no podía perderse el lujo de jugar en el calcio- y su título con el León.

Regresa veterano, en el invierno de su carrera futbolística, pero también de la primavera de lo que siga. En lo que emprenda será exitoso por lo aprendido y retenido.

Como pocos, Rafa cumple un sueño: regresar al equipo que le dio la oportunidad de empezar su carrera, aunque en aquella transferencia al Mónaco le quedó mal. Sabido es que nunca le pagó lo que le correspondía un club, el rojinegro, en eternos apuros hasta la actual administración.

Cuando revise lo que sucedió en el Atlas desde su partida hasta su nueva llegada, se percatará de que en los 17 años transcurridos -su edad cuando debutó- no han pasado demasiadas cosas: el título no ha llegado, la clasificación a la Liguilla se ha dado en contadas ocasiones, el equipo tuvo que ser vendido y han pasado una cantidad de centrales que no se pueden comparar jamás a él. Le invito a hacer el ejercicio.

Desde que Rafa debutó hasta ahora, con el número de años entre paréntesis, trataron de llenar sus zapatos: Héctor López (8 años) , Pablo Lavallén (5), Darío Franco (2 y medio), Omar Briseño (5 y medio), Julio Estrada (2 y medio), Diego Cocca (2), Fernando Salazar (5 y medio), Alberto Macías (1), Juan Carlos Valenzuela (5), Hugo Ayala (5), Fabricio Fuentes (2 y medio), Denis Caniza (1), Diego Colotto (1 y medio), Ismael Fuentes (1), Néstor Vidrio (4), Hugo Isaac Rodríguez (3), Facundo Erpen (3), Leandro Cufré (2 y medio), Antonio Briseño (3) y Walter Kannemann (1), entre los más destacados.

Márquez llega a su cuna futbolística con un club que tiene más anhelo que él de coronarse.

Que sea venturoso el regreso de Rafa, comparable sólo con Claudio Suárez como los grandes monstruos mexicanos de la central en los últimos 30 años.

 
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