"Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe. Esto es el suspenso". Alfred Hitchcock.


Un América con ocho participaciones en Liguilla al hilo, dos Ligas ganadas en el inter, un título de Concachampions, más un plantel reforzado con William Da Silva y el uruguayo Brian Lozano o el súper equipo de los Tigres que, no obstante de sus últimos logros, también incrementó la competencia en el cuadro titular con los fichajes del "Queso" Fernández y Zelarayán, muy, pero muy difícilmente terminarán fuera de los Playoffs en este Clausura 2016.

Haciendo a un lado a estos dos, la equidad de fuerzas entre 13 de los 16 restantes, es aparentemente visible. Pero, ¿resurgirán las Chivas con Orbelín y el "Gullit" Peña? ¿Clasificará el Cruz Azul después de ausentarse del protagonismo en los últimos tres torneos? ¿Volverá a superar los 26 puntos el Veracruz de Reinoso? ¿Se mantendrá Pumas en la parte alta de la general? ¿Pachuca y León volverán a quedar fuera? Y en medio de esta pobladísima clase media, usted se preguntará: ¿qué posibilidades tiene el Monterrey?

Para describir el momento que viven los Rayados, retomemos la descripción del Hitchcock sobre el suspenso: "el protagonista lo ignora, pero hay una bomba debajo de su sofá". Lo que nos lleva a otra pregunta: ¿quién no se ha percatado que hay una bomba debajo de él?

Vayamos por partes. De los tres últimos finalistas (Santos, Querétaro y Pumas) ninguno presentó un plantel mejor al de Monterrey. De hecho, la base de extranjeros con Gargano, Funes Mori, Pabon, Cardona y el uruguayo Carlos Sánchez, hoy es tan buena como la de Tigres o América.

Sin duda que el problema radica en los otros cinco mexicanos o naturalizados que completan el cuadro titular. Pero vuelvo a insistir: ¿la base mexicana del Monterrey es más mala que la de Pumas, Santos, Querétaro, Toluca o Veracruz?

Señores, Mohamed ha dirigido 36 juegos a los Rayados (28 de Liga y 8 de Copa), con un saldo de 15 ganados, 9 empates, 12 derrotas, cero títulos y cero Liguillas. A este equipo aún no le veo ningún gramo de ADN del famoso Mohamed.

No son picudos, no son aguerridos, no se ve la táctica fija. Todo se resume a tirarla a los de arriba. Si bien es cierto que América y Tigres tienen mejor plantel, tampoco encuentro excusas para volver a ser superados por otros seis.

Y aunque veo que en las redes sociales el enfado apunta hacia Luis Miguel Salvador, para mí el que está sentado en el sofá con cero presión y dando la impresión de que le vale, es Antonio Mohamed.

PD. Al "Turco" le llegó el momento de escoger entre dos sentimientos que no suelen andar juntos: la soberbia y la gratitud.

Lo escrito, escrito está.

 
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