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El Maradona culichi
Adrián López Ortiz | 26-11-2020
en CANCHA
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Desde que se anunció su fichaje como director técnico de Dorados de Sinaloa, Maradona levantó la polémica. El ídolo argentino de la vida marcada por las adicciones y las malas decisiones personales vendría a Culiacán, una ciudad con la que compartía el estigma de las drogas. El coro popular fue unánime: pésima idea. Era cuestión de esperar el primer escándalo. Y se equivocaron.

Maradona llegó a Sinaloa con un objetivo: ser entrenador de un equipo que soñaba con el ascenso a Primera División. Maradona dirigió durante dos torneos cortos a Dorados; con los que consiguió 20 triunfos, 9 empates y 9 derrotas, entre ellas las dos finales con el Atlético San Luis.

El "Pelusa" no pudo darle a Dorados un campeonato ni tampoco pudo ascenderlo, pero le dio al equipo algo mejor, según me cuenta Javi Llausás, titular de mercadotecnia: incrementó la taquilla en 70 por ciento, vendió un montón de camisetas y tuvo amplia cobertura mediática. El Diego, protagonista como siempre, regresó a Dorados al corazón de su afición.

Ayer, el astro de aquel gol imposible, murió sorpresivamente de un infarto tras una cirugía reciente en la cabeza. Tenía 60 años. Pocos para un ídolo deportivo de ese calibre y muchos, tal vez, para alguien que tuvo una vida de extremos.

Pero Maradona no solo vino a darle luz a los Dorados, sino que recibió de la comunidad culichi una acogida inesperada. Acostumbrada a recibir celebridades deportivas al final de su carrera, como "Pep" Guardiola, "El Loco" Abreu o Cuauhtémoc Blanco, la ciudad de los tres ríos conocía bien a quien, junto con Pelé y en una polémica irresoluble, es considerado el mejor futbolista del mundo.

Una vez aquí, Culiacán conoció a Diego Armando: el hombre de familia, el que iba al súper, el que organizaba cenas altruistas, el que bailaba con sus jugadores y platicaba con los intendentes del estadio. El ídolo siempre dispuesto a la foto con sus fans, a pesar del dolor permanente de rodillas que lo hacía caminar despacio y que, a veces, lo ponía de un mal humor que era incapaz de esconder.

A fuerza de triunfos y carisma, Maradona se volvió el líder de Dorados, y Culiacán se apropió del argentino. Los culichis le llenaron el estadio y le celebraron las victorias. Tanto que nuestro otro gran ídolo, el más grande del box mexicano, Julio César Chávez, con quien tenía en común un pasado de éxito, fama y adicciones, reconoció que después de caerle "gordo y mal", se disculpó con él y lo definió como un gran hombre.

Hay quien dice que solo se puede amar u odiar a Maradona. Yo discrepo. Sucumbir a esa idea es caer en la tentación de pensar que ese hombre que podía ser dios con el balón -la mano incluida-, no podía ser un humano imperfecto fuera de la cancha. Y vaya que lo era. En Culiacán, Maradona fue el ídolo que todos conocemos, pero también una persona que nadie conocía. Acaso, como me insistió Javi, la mejor versión de Maradona que nos pudo tocar.

Un día, Maradona se fue, no porque Dorados ya no lo quisiera sino porque los problemas de salud le impidieron continuar. Esos que al final le cobraron la factura de vida. Pero más allá del juicio que la historia habrá de hacer sobre su persona y el lugar que merece en el futbol, desde Culiacán se podrá contar siempre la historia peculiar del Maradona entrenador que dejó una gratísima impresión entre la gente.

Una imagen guardo en la memoria que ilustra la humanidad del paso de Maradona por Culiacán: los Dorados habían obtenido la victoria que los ponía en la final del ascenso; Maradona, al centro del vestidor, arenga al equipo que aplaude y canta mientras su entrenador los abraza; luego la música cambia y El Diego, dueño eterno de la atención, baila con sabor una cumbia mientras sonríe y todos celebran.

Ya no era el atleta extraordinario de la técnica perfecta y la potencia infinita de aquel Argentina campeón de México 86, pero seguía acaparando las miradas, dictando el espectáculo, siendo la estrella y, lo más importante, brindando alegría a través del futbol.

 
Director del Noroeste
 
 
 
 
 
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