De guía a villano
 
 
Vaya momento que está viviendo Alejandro Arribas en México. El zaguero español cayó de buena forma en el cuadro del Pedregal y rápido se entendió con Luis Fernando Quintana en la central. Esta dupla fue fundamental para el liderato que presumieron los universitarios en el arranque del Clausura 2018.

Sin embargo, Arribas dejó mucho qué desear en tres de los cuatro duelos que los felinos llevan sin ganar (en el último ni estuvo por suspensión), pues regaló un gol ante Veracruz, se vio pésimo en el de Tijuana y fue expulsado en el cotejo ante Chivas.

Peeero lo peor es que al buen Alex lo vinieron a visitar unos amigos, y seguro se le cayó la cara de vergüenza por las rabietas que hizo en el duelo ante el Guadalajara, que le costaron irse a la calle enfrente de sus conocidos.

Durante los días previos al duelo ante los rojiblancos, el español estuvo acompañado en el Olímpico Universitario cuando fue a la tribuna en el duelo de Copa contra Lobos BUAP y después, el viernes, fue guía de turistas en las instalaciones de la Cantera, donde les presumió de todo a su novia y acompañantes.

Por si fuera poco, el madrileño fue a visitar Teotihuacán y parece que se sobrecargó de energía en la pirámide del Sol porque el domingo solo le faltó escupir rayos cuando le dijo de todo al árbitro César Arturo Ramos.

Las únicas buenas noticias son que, con la suspensión, Arribas tuvo un poco más de tiempo para sus conocidos, aunque seguramente ése no era el plan...

 
 
Puros dramas
 
 
Y ya que estamos hablando de malas vibras, les cuento otra joyita del Cruz Azul.

Resulta que durante el partido contra Querétaro, por más que el cuadro local intentó, simple y sencillamente acabó por ser presa de la impotencia que tanto lo ha caracterizado en los últimos cuatro lustros (¿qué tal?).

Cuentan que durante una de las jugadas por la banda, Gerardo Flores y el español Édgar Méndez se hicieron de palabras, cosa hasta natural en cualquier partido de futbol, pero más entre rivales que entre elementos que defienden la misma causa.

A eso sumemos el relajito que se armó con Francisco Silva y un intercambio de insultos primero con un fulano en el tiro de esquina y luego con otros tantos atrás de la banca. Por si faltara algo más, Adrián Aldrete abandonó la cancha llorando, muestra de que al interior del equipo la cosa está del cocol.

De plano Pedro Caixinha aceptó ya que la plantilla se someta a un trabajo de "coaching mental" a partir de esta semana, pero yo me pregunto ¿ya le contaron que ni la bruja Zulema pudo acabar con las malas vibras en La Noria?

 
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