Danza con lobos
 
 
De todos es conocido que Lobos BUAP pasó de ser el equipo sensación del Apertura 2017 a uno del montón que sufren para no descender en su año de estreno en la Liga MX al siguiente certamen.

Lo que a pocos nos cuentan son las causas para que el equipo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla haya cambiado tanto de noviembre para enero y, aunque ya todos sabíamos que tenían bastantes broncas extra cancha con cuchillos y perseguidos por la Interpol de protagonistas, el técnico Rafael Puente del Río lo había sabido administrar sin que esto afectara la productividad de sus pupilos.

Siiiiin embargo, ahora que las cosas no andan pues los chismes emanan como el agua sulfurosa de la Avenida Juárez allá en Puebla y así como les platiqué la semana pasada que ya hay buitres rondando CU, pues ahora les cuento que me contaaaaaron que recientemente, el propio entrenador Rafa Puente fue protagonista de un altercado, digamos poco amistoso, con el arquero Francisco Canales, en el que diiiiicen que de las palabrotas fueron a algo más, y aunque los separaron antes de que hicieran contacto, algo se rompió y quienes por allá tienen puestos sus ojos creen que Canales está pagando con la banca en la Liga por aquel desaguisado y Jorge Villalpando ha sido el "damnificado" de toda la situación, asegurando la titularidad.

Afortunadamente para Lobos, la victoria del sábado les ha dado oxígeno en lo que verdaderamente importa, que son los puntos para librarse del descenso. Todo lo demás, es como el ajonjolí que le da sabor al mole... poblano.

 
 
El mérito de David
 
 
Muchos jugadores de Pumas han dicho abiertamente cómo ha cambiado el vestidor, donde se respira otro ambiente.

El artífice de este buen momento tiene nombre y apellido: David Patiño, un técnico que puede parecer demasiado serio e introvertido frente a cámaras, pero que en realidad tiene una relación muy cercana con todos los jugadores.

Quizá Patiño no jugó fuera de México ni es un hombre mediático, pero además de que es un gran estudioso, sabe cómo llegarle a chavos y figuras.

A nadie le debe de extrañar que los invite a tomar café a su oficina, que se avienten largas charlas para ponerse al día de sus problemas, sentimientos, y hasta de sus rupturas emocionales.

Qué diferencia con Francisco Palencia, quien siempre tuvo una relación complicada con los líderes del equipo, al grado de que a algunos ni siquiera les dirigía la palabra o de plano tuvo diferencias irreconciliables como fue el caso de Matías Britos y Darío Verón.

A diferencia de Palencia que quiso imponer su carácter por sus pistolas, Patiño picó piedra aquí y allá y decidió formarse cerca de sus jugadores.

Patiño es tan auténtico, que en su casa sigue escuchando sus viejas rolas del Tri de Alex Lora y cuando le queda tiempo toma su guitarra y saca el sentimiento, a manera de terapia.

 
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