Bien cobijados
 
Más allá de escandalizarse porque Hirving "Chucky" Lozano sea padre a sus escasos 20 años de edad, allá en Pachuca le vieron el lado positivo al asunto y apoyaron al futbolista no sólo dándole todas las condiciones para convertirse en pieza clave del equipo, sino también al cobijarlo en su entorno familiar.

Y es que, conscientes de que el jovencito se echó responsabilidades muy pronto con su ahora esposa Patricia, en el club le ofrecieron una beca a la cónyuge del jugador, quien ya estudia una carrera en las instalaciones de la Universidad del Futbol.

Pero la cosa del apoyo en Pachuca va mucho más allá y el caso de Emmanuel Ortega es el mejor ejemplo.

Este chico de 18 años es protagonista del Reality "Sueños de Gloria", en el que su talento en la cancha le ayudó a que la gente de Pachuca apostara por él a tal grado de que ya le dieron cobijo a su hermano, cinco años menor que él, en las instalaciones del Alto Rendimiento Tuzo.

Pero eso no es lo importante, sino que como sus padres radicaban en Hermosillo, Sonora y no querían alejarse tanto de sus hijos, cuando vieron al papá en el club le ofrecieron a Emmanuel Ortega padre un trabajo como utilero de la generación 2001, de tal manera que pudiera estar cerca de sus vástagos y tener dinero para vivir.

Y así, todos felices.

 
 
Mucha prisa
 
Cuando sueles llevar a tus hijos al trabajo, sobre todo si estos son pequeños, debes tener en cuenta las dificultades que pueden surgir, como fue el caso de David Cabrera el domingo pasado.

Al terminar el encuentro entre Pumas y Querétaro, el contención felino fue uno de los primeros en salir del vestidor para tomar el túnel del Estadio Olímpico Universitario que desemboca en el estacionamiento donde aparcan el camión del equipo.

Como ya ha sido en otras ocasiones, el mediocampista salió en compañía de su hijo de 3 años, a quien traía de la mano, pero en un tramo del pasillo (también usado como zona mixta) le fueron solicitadas sus impresiones sobre el juego que le aseguró a los auriazules el liderato en el Apertura 2015.

Cabrera aceptó sin problemas, algo que no fue tomado de muy buena manera por su pequeño vástago, quien de inmediato comenzó a jalar del brazo a su progenitor mientras le reclamaba: "¡papá, se nos va el camión, se nos va el camión!".

Cabrera decidió pasar por alto los comentarios de su hijo para terminar de responder las preguntas y una vez finalizada la tarea (que no duró más de dos minutos), el felino y su pequeño siguieron su camino al autobús, el cual por cierto se quedó estacionado al menos otros 10 minutos, así que la prisa de pequeño de David sólo fue pura precaución.

 
san.cadilla@reforma.com