La Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan instituyó el Trofeo Eduardo Castañón Hurtado para honrar a quienes se distinguen por su labor en favor del deporte de correr.
El reconocimiento se otorga anualmente, previo a la Carrera del Día del Padre -que se disputa mañana-, y se entregó ayer viernes en una ceremonia especial a la persona que probablemente sea la que más ha hecho por el atletismo mexicano: César Moreno Bravo.
El profesor se inició en el atletismo en 1952 como corredor de 400 metros planos y en 1959 pasó a ser entrenador, una actividad en la que se mantuvo hasta 1966.
Fue director general de la Escuela Nacional de Educación Física de 1964 a 1980 y tuvo a su cargo la dirección de la especialidad del atletismo durante los Juegos Olímpicos de México 68.
Fue vicepresidente de la Federación Mexicana de Atletismo de 1966 a 1969, para asumir la presidencia de esa institución de 1983 a 1988.
En su administración al frente de la FMA ocurrió el primer "boom" de las carreras de ruta en México, y durante su gestión se elaboraron algunos reglamentos para estas competencias que aún se mantienen vigentes.
Su excelente trabajo en los Juegos Olímpicos de México 68 lo llevó a integrarse al Comité Técnico del máximo organismo del atletismo: la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas, la IAAF, donde tuvo una larga y productiva trayectoria.
Desempeñó una variedad de funciones de naturaleza técnica dentro de la IAAF representando a México de una manera por demás profesional, pero, sobre todo, con una gran dignidad.
La labor del profesor ha sido provechosa y fructífera a lo largo de más de cinco décadas y sería muy extenso mencionar todos y cada uno de los logros que ha obtenido a favor del atletismo mundial, en especial a favor de México.
La entrega de ese reconocimiento fue más que merecida; nuestro País estará siempre en deuda con don César Moreno Bravo.
Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.
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