El destino del Torneo de Clausura 2020 podría quedar fatalmente definido en algunos días.
Los altos mandos de nuestro futbol amenazan con decidir que el interrumpido torneo simple y sencillamente quede cancelado.
Cuando ellos "deliberan"... que los demás tiemblen.
Al carecer de la capacidad necesaria para entender a cabalidad la importancia de concluir debidamente el torneo, de contemplar alternativas viables para continuar con él, los inefables dirigentes acarician esa posibilidad de darlo por cancelado, para así propinarle otro artero golpe a nuestro futbol.
Si es que todavía estamos a tiempo, más vale plantearles alguna opción con la esperanza de que algo capten o alcancen a vislumbrar, y así recapaciten.
Evidentemente, si se declarara terminado el torneo no habría forma de otorgar título alguno, habiéndose jugado apenas 10 jornadas, el 58.8% de la Fase Regular, y sin esa Liguilla indispensable para encontrar a un campeón legítimo.
Pero tampoco se puede así nomás desvanecer el torneo y declarar vacante el título, porque eso sería como echar a la basura las DIEZ jornadas jugadas, darle un irónico aplauso al Cruz Azul y al mismo tiempo decirle que no sirvió para nada su meritorio liderazgo después de esos NOVENTA partidos jugados entre los 18 participantes.
Para no cometer esa tontería, de las CINCO semanas que se necesitarían para completar el torneo (jugando 2 partidos por semana), DOS Y MEDIA podrían ser suficientes para darle la necesaria legitimidad al campeón resultante.
UNA para jugar 2 jornadas y llegar a 12, que representaría el 70.59% de la Fase Regular; y una y media para desahogar la Liguilla, con Cuartos, Semifinales y Final a un solo partido.
Es decir, que en el peor de los casos podrían reservar menos de 3 semanas (en julio, o en agosto, o en septiembre) para darle al torneo un cierre adecuado, aunque el cierre idóneo necesitaría 5.
Supeditado al visto bueno de las autoridades de salud, y sin olvidar que la prioridad es ésa, podrían elegirse 2, o 3, o 4 estadios (¿entre Aguascalientes, Querétaro, León, Torreón, Guadalajara, Monterrey, San Luis?) en los que se llevarían a cabo todos los partidos, sin ningún equipo jugando en el propio.
Si optaran por esas DOS SEMANAS Y MEDIA para concluir el torneo, después de la primera quedarían liberados los 10 equipos eliminados, a los 3 días se irían otros 4 y 3 después otros 2, para que fueran solamente los 2 finalistas los que se mantuvieran activos durante esos 15 ó 18 días que arrojarían un campeón reconocido, legítimo.
Julio 4-5 Jornada 11, julio 8-9 Jornada 12, julio 11-12 Cuartos, julio 15-16 Semis... y julio 19 la Gran Final.
O Julio 8-9 Jornada 11, julio 11-12 Jornada 12, julio 18-19 Cuartos, julio 21-22 Semis... y julio 26 la Gran Final.
Con esas 2 semanas y media (o 5 si se prefiere completar la Fase Regular), y con la salud como prioridad y la debida flexibilidad para resolver cada detalle, de que se puede se puede.
Ojalá lo entendieran, recapacitaran y no volvieran a equivocarse cayendo en la aberración de cancelar el torneo.
Ojalá... pero quién sabe.
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