Resulta absurdo, ocioso y hasta ventajoso, pretender comparar el trabajo de Gerardo Martino con el de Juan Carlos Osorio.
Algunas exaltadas voces se han atrevido a decir que ahora sí al futbol mexicano se le nota un cambio radical en el factor mental y sobre todo en lo futbolístico luego de vencer de forma contundente a Chile.
Vayamos con calma. Solemos tener a una Selección Mexicana campeona del mundo en arranque de procesos y en amistosos; rankeado uno en primeras impresiones y potencia en los minutos iniciales de todos los partidos. (Ya luego aparecen las realidades que nos ubican, con una bofetada, en el sitio al que hemos pertenecido siempre).
Es imposible evaluar el trabajo de Martino antes de la Copa Oro. Tendremos que esperar a que pase el verano para hacer un primer balance con algo más que un par de amistosos. Se requiere de una competencia oficial para observar desde una trinchera menos confortable, los primeros avances y/o retrocesos (no creo) del nuevo proceso.
Y aun así, por más que sea un torneo avalado y con cierta historia, la Copa Oro no es y nunca será, verdadero parámetro. La realidad es que con Nicaragua, Bermudas, El Salvador, Martinica y Haití, entre otras Selecciones, la medición pierde certeza y confiabilidad.
Una pena que México no asistirá a la Copa América. Un torneo que habría resultado una buena prueba para Martino y para todos aquellos que han vuelto a levantar la mano buscando ser parte del proyecto. Sagrados, consagrados y novatos.
LAS NUEVAS REGLAS En donde sí es posible ya palpar y hablar de un verdadero cambio, es en temas disciplinarios al interior de Selección Mexicana.
Martino, sin necesidad de crear un reglamento por escrito, ha mandado mensajes para que todos entiendan que habrá nuevas reglas.
Resultó extraño ver llegar el autobús del equipo a San José, California, sin ninguna baja de por medio, sin lesionados y sin noticias de que alguien hubiera adelantado su regreso a Europa. ¡Qué mal acostumbrados estábamos con Herrera, Osorio y con el interinato del Tuca!
Nadie que no sea del equipo o cuerpo técnico, puede compartir transporte terrestre. Si acaso, el jefe de medios.
Encargados de logística, prensa, comercialización, vestimenta y demás asuntos, están más alejados del equipo que de costumbre y no pueden ingresar a las comidas o cenas en el hotel de concentración.
Todos los días Martino ha establecido entrenamientos. No ha habido un solo día libre para los seleccionados. No hay bolsas de shopping y no se ven jugadores esparcidos por distintos centros comerciales. A lo mucho, sanas reuniones con familiares en el lobby del hotel. Eso sí, con algún miembro del extenso cuerpo técnico merodeando accesos hasta la medianoche.
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