La Selección Mexicana enfrentará mañana a su nada similar de Martinica.
En la estadounidense cancha del Bank of America Stadium de Charlotte, en Carolina del Norte, los invictos tricolores de Martino cumplirán con el tercer compromiso de una Primera Fase de esta Copa Oro que en realidad pudieron haberse brincado de antemano.
Brincarse o eludir por lo menos esa Primera Fase de mero trámite, ya que por lo pronto no pueden prescindir de la Copa Oro entera.
Después del plácido paseo ante los cubanos y el buen entrenamiento ante los canadienses, el "equipo de todos" -tradicionalmente explotado por unos cuantos- se verá obligado a cumplir con este tercer partido que seguramente se parecerá más al primero que al segundo.
Ante el representativo de Canadá, la Selección Mexicana ofreció la que quizá haya sido la menos convincente entre sus 6 actuaciones en la era Martino; aunque al igual que en las otras 5, fue claramente superior al adversario y supo inclinar a su favor la balanza.
A pesar de esa inobjetable superioridad, el equipo mexicano mostró durante algunos lapsos de ese partido una inquietante inestabilidad defensiva y una falta de solvencia para darle a las labores de medio campo la debida dimensión - algo que se encargó de solucionar la inconmensurable figura de Andrés Guardado al ingresar en la cancha-, deficiencias que seguramente tratará de corregir Gerardo Martino con la capacidad y la sensatez que lo han distinguido en este arranque.
Correcciones que deberán hacerse valer no tanto a partir de mañana, porque el modesto sinodal no da para mucho, sino ante rivales de mayor jerarquía.
Para fines prácticos, el verdadero reto para el conjunto mexicano -después de pasar por este mero trámite martiniqués- iniciará en los Cuartos de Final, se supone que ante el representativo de Haití, instancia que debería servir de auténtica preparación para encarar una Semifinal en la que probablemente se corra por primera vez el riesgo de quedar fuera; sobre todo suponiendo que en ella encare a la Selección de Costa Rica, una de las únicas 2 o 3 verdaderamente capaces, en teoría, de oponerle cabal resistencia.
Pero si tampoco lo de mañana servirá de confiable parámetro que mida los alcances de esta Selección Mexicana, lo que sí resulta alentador es el inteligente y ecuánime manejo exhibido por Martino en esta etapa inicial del actual proceso mundialista.
Salta a la vista la intención de encontrar lo más pronto posible la alineación idónea, de darle continuidad al trabajo para alcanzar el debido dominio de una forma de jugar; y en aras de conseguirlo, la bienvenida congruencia para ubicar a cada futbolista en el lugar donde mejor se desempeña.
Aunque nadie pueda adivinar para cuánto alcance, si prevalece esta alentadora tónica serán mayores las probabilidades de éxito.
Ojalá que prevalezca.
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