Ya clasificado a Sudáfrica 2010, Javier Aguirre declaró en España que la afición mexicana estaba convencida de poder ganar ese Mundial y apuntó que la realidad era que nuestro futbol sólo alcanzaba para finalizar entre 12 y 14 de la clasificación final.
Por ahí creo que Aguirre agregó un "están locos".
Días después pidió una disculpa al pueblo mexicano por el lapsus de honestidad.
¿Cuál fue su error?
Sencillo, mató con un simple argumento el bien más barato que se consume en nuestro País: la ilusión.
A lo largo de los últimos días, la designación de Juan Carlos Osorio como DT del Tri provocó entre la opinión pública la extraña reacción de la unanimidad: "no es el indicado", "aquí hay mejores que él", "no tiene experiencia en selecciones".
El rechazo fue tan claro que el supuesto director de Selecciones Nacionales (Santiago Baños) intentó defender la decisión con los siguientes argumentos: "No lo conocen y no averiguan", "él tiene siete títulos en Colombia", "hay muy pocos técnicos en América que tienen la Licencia 'A' de la UEFA y es preparador físico aparte".
Sólo le aviso al ex auxiliar del paranoico Miguel Herrera que todos los técnicos de las primeras divisiones en Europa, no sólo tienen la Licencia "A" de la UEFA, sino la Pro, así que su certificado está muy lejos de ser un distintivo de omnipotencia. Ahora, ¿quién es el que no averiguó?
Señores, Osorio toma el cargo con la sentencia dictada antes de cometer el delito, pero en ese sentido le darán los mismos golpes mediáticos que recibieron Sven, Meza, "Chepo", "Vuce" y hasta el "Piojo" Herrera, cuando no aparecieron los resultados.
Por desgracia, los mexicanos seguimos haciendo el análisis equivocado, porque en los últimos 15 años hemos calculado que la distancia entre no clasificar y el quinto partido mundialista depende única y exclusivamente de la capacidad del entrenador en turno, cuando el simple común denominador son y, seguirán siendo, los jugadores.
Aquí hemos sobrevaluado a todos y cada uno de los seleccionados.
A los que cobran en Europa los hacemos creer que son dioses, cuando la realidad es que son del montón.
Entendamos, ¿le podemos ganar a Alemania?
Sí. ¿Podemos perder contra Jamaica o Honduras? Sí.
Ésos son nuestros parámetros. Aún no entiendo por qué no los aceptamos.
Al igual que Javier Aguirre, Ricardo Ferretti fue directo al meollo del asunto: "desde hace 20 años no somos los gigantes de Concacaf".
Sin duda que hemos avanzado, porque el "Tuca", hasta el momento, no ha tenido que pedir perdón por su lapsus de sinceridad. ¿No cree usted?
PD. La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano, pero ¿sin la ilusión, el mundo qué sería?
Lo escrito, escrito está.
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