Como el futbol tiene sus leyes, el empate con sabor a derrota que arrojó el partido de los Rayados frente a quienes pensábamos era un diminuto visitante sólo nos avisa que, para ganar de manera sostenida, regularmente hay que acertar algo más de 300 pases por partido.
Aunque también entiendo que un récord como el que alcanzó el equipo de Mohamed con 12 juegos ganados, un empate y sólo cuatro derrotas, invariablemente suele detener todo intento de cambio.
¿Cuál fue la diferencia de lo que vimos el sábado con relación a muchos de los partidos del torneo pasado?
Porque de manera simple, si Campestrini no saca el cabezazo de Funes Mori a lo Jonathan Orozco, los Rayados muy probablemente hubieran ganado y todos estarían diciendo: "es mejor corregir ganando que perdiendo" o "si se ganó no se puede decir que se jugó mal" o "aquí lo que importa es el resultado".
La única verdad es que el Monterrey tiene en Funes Mori, Cardona, Sánchez y Pabon, gran inspiración y un maravilloso desequilibrio individual, pero ambas condiciones no pueden ser el sistema de juego.
En otras palabras, el problema de Mohamed no pasa por el 4-3-3 o un 4-4-2, sino con la forma. Y por no caer en el exceso de toques intrascendentes con el balón el Monterrey se ha despreocupado por implementar un buen circuito de pases.
Con relación a los reclamos por la expulsión del maestro Cardona, entiendo que la afición reclama una entrega a la altura de su pasión, como bien lo señala Jorge Valdano. Y como la tribuna delega su orgullo a los jugadores, cuando el futbolista comete un error irreparable, el fanático siente que traicionaron su mandato.
No voy a defender a Cardona, porque él sabe perfectamente que se equivocó. Y sé que la vergüenza de verse tontamente expulsado frente a su señora y sus hijos es suficiente castigo.
Pero dejemos las cosas en la justa dimensión: el Puebla los igualó y superó desde el inicio. De hecho, el orgulloso Monterrey terminó acuartelado con línea de cinco en su área cuando con la calidad de los 10 restantes, uno calculaba que podían ganar. ¿No cree usted?
En Torreón, los Tigres plasmaron una versión remasterizada de su idea, donde al incrementar la velocidad de los pases, depuraron de forma importante los toques al balón.
Al equipo lo vi más dinámico al momento de tener que atacar, aunque sobre la portería de Marchesín no se reflejó nada de esto. El equipo de Ferretti fabricó oportunidades en la misma proporción que los locales sobre el marco de Guzmán. El 0-0 fue justo.
Mención para Viniegra, Damián y Juninho, que dieron un partido redondo. Creo que Aquino extraña la banda izquierda y Zelarayán sigue sin prender la luz.
PD. "El estilo es una forma de decir quién eres sin tener que hablar", Rachel Zoe, estilista.
Lo escrito, escrito está.
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