El futbol nos usa como una excusa para volvernos locos. Y aunque la realidad es curativa per se, si la experiencia penetra en la base de datos de nuestros cerebros, con pretextos, justificaciones y absurdas coartadas, la envenenamos.

A lo largo de estos días escuchamos en voz de muchos, incluyendo al propio Ricardo Ferretti, la siguiente condición: "Los Tigres están cansados, física y/o mentalmente".

Desde el ángulo que lo quiera ver, esta situación llegó a ser devastadora, sólo y de manera exclusiva, por los erróneos cálculos del mismo entrenador junto a su cuerpo de científicos.

En otras palabras, ¿el doctor pudo evitar la muerte del paciente? Sí, sobre todo cuando de enero a julio del 2015, estos mismos recorrieron con magnífico rendimiento, la complicadísima ruta de la Libertadores y el Clausura de ese año. Y en base a esa experiencia, pelear por ganar otra liga junto al título de la Concachampions, no debía ser problema.

Pero cuando creíamos que estos Tigres tenían domada la situación, el arrogante futbol les propinó una tremenda cachetada. De hecho, primero avisó a todos, pero no le quisimos hacer caso, cuando en la Final contra Pumas en CU, los jugadores llegaron sin piernas, reacción, potencia y velocidad.

Y ahí, la victoria por si sola, también embriagó a quienes no están invitados a embregarse: directivos y cuerpo técnico. Además, la tormenta aún no termina, porque en las siguientes semanas Tigres podría quedar fuera de la Liguilla.

Señores, a esta dirigencia encabezada por Alejandro Rodríguez, Miguel Ángel Garza y Ricardo Ferretti sólo se le puede acusar de intentar ganar todo, de llevar a sus mejores jugadores a umbrales físicos fuera de los límites y de perder dos Finales de las ultimas tres disputadas. Porque ésos son sus pecados, ésos son sus errores.

¿Querían un club ambicioso? Ahí está. Perdón, perdón, déjenme rectificar: los Tigres quieren un club ambicioso y que mínimo gane dos Finales de cada tres. Ok, ése aun no lo tienen.

Aunque bajo esta perspectiva, sin duda que es mejor tirar a la basura un torneo que el intentar ganar dos a la vez. Pero si la memoria no me falla, ¿no se le tiraron ustedes mismos a la yugular cuando hizo eso?

El aficionado sólo siente, no piensa. O dígame usted, ¿por qué hoy están más molestos que cuando con apuros se salvaban del descenso? ¿O cuando no clasificaban a la Liguilla?

Así es el futbol, no lo vamos a cambiar, el "Tuca" se ha equivocado y mucho, pero hace cinco meses él era el personaje del año, era el entrenador idóneo para dirigir a la Selección Mexicana, y hoy difícilmente los aficionados regiomontanos lo pondrían en una terna. ¿Les entiende usted?

PD. "Hacer beneficios a un ingrato es lo mismo que perfumar a un muerto" (Plutarco).

Lo escrito, escrito está.

 
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