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Una serie condicionada
Mario Castillejos | 20-05-2016
en CANCHA
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A los Rayados les urge que reaparezca la inspiración, el desequilibrio individual de sus figuras y, sobre todo, que Jonathan Orozco mantenga su estado de gracia.

Para desencanto de sus seguidores, la ausencia de gol durante el partido de ida en el Estadio Azteca exhibió muchas insuficiencias que a lo largo de la competencia fueron minimizadas a grado de intrascendente, por el simple hecho de que éstas no afectaron la suma de puntos durante la fase regular y mucho menos en la eliminación de los Tigres.

Los pragmáticos que por principio supremo se amparan en el resultado para gritar a los cuatro vientos "mi equipo jugó bien porque ganó" fueron despojados del supremo argumento frente a quienes avisamos que estos Rayados se defienden mal.

Y aunque el equipo de Mohamed perdió 1-0, créame, jugó uno de sus mejores partidos del torneo, porque en una cancha en pésimas condiciones y teniendo enfrente a la mejor plantilla de la liga -en nombres y funcionamiento- los Rayados lograron 18 remates, tres con dirección a portería, seis rechazados, nueve desde fuera del área y nueve desde adentro, además de ligar el 85 por ciento de sus pases (378), cantidades todas éstas superiores a las que promediaron durante los últimos cinco meses.

Y aunque es obvio, quisiera exponer los datos que escapan a la percepción: los Rayados anotaban hasta antes de este partido un gol cada 6.7 tiros que, traducidos a los 18 disparos de antier, debieron reflejar en el marcador (si la regla de tres no me falla) por lo menos dos goles. Y no me diga que no tuvieron tranquilamente esas oportunidades. Sí señor, el Monterrey también tiene la mortal capacidad de, al perder tino, verse bastante común.

El sábado en el BBVA el partido arrancará condicionado. Rayados pudiera sólo necesitar de un gol o de tres, cuatro o más. El América ya le jugó en bloque, ya le cerró los espacios y ya probó que a base de velocidad frente a una lenta defensa puede aniquilar la serie.

El equipo de Ambriz colgó siete ceros y en nueve partidos sólo recibió un gol, condiciones todas éstas que lo pondrían en la gran Final. Por su parte, Rayados logró cinco ceros en su portería en 20 partidos posibles, pero anotó tres goles o más en ocho.

El trabajo de un entrenador consiste en aportar conceptos previos a las decisiones de los jugadores: posturas, recepciones, búsqueda de superioridad numérica, búsqueda de jugador libre. La inspiración y el desequilibrio individual es aporte netamente del jugador, pero jamás debe ser la base del sistema de juego. ¿Cuál de estos dos equipos lo hace mejor?

PD. Es muy difícil ser eficiente sin ser desagradable. Y quien logre ambas, lo gana todo.

Lo escrito, escrito está.

 
Twitter: @castillejos_m
castillejos@elnorte.com
 
 
 
 
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