CLÁSICO... PARA LA TIRA
 
 
Dudo que los aficionados de Pumas llamen al duelo ante Tigres como "Clásico", pero me consta que en el estadio se vive como si lo fuera.

Y es que, aunque el público de CU está más acostumbrado a apoyar a su equipo que a meterse con el rival, al menos que sea el hiper odiado América, ya se les está haciendo costumbre gritarle de todo a futbolistas como André-Pierre Gignac o Nahuel Guzmán, uno de los blancos favoritos para las rechiflas y mentadas de los seguidores en el Pedregal.

Pero bueno, mientras nos agarramos del chongo con los siempre finos fans del equipo de la UNAM sobre si es un Clásico o no, dejen les digo que para quien arma los dispositivos de seguridad la visita de Tigres recibe trato de Clásico.

Y es que cada que Gignac y sus compinches visitan la CU, el cerco de seguridad destinado para los visitantes en el estacionamiento principal es más grande en comparación con otros equipos como Rayados, Toluca y en ocasiones hasta que el Cruz Azul.

Nomás comparen el dispositivo del domingo para la directiva visitante que tuvo hasta 20 elementos de seguridad privada al pendiente de dos o tres miembros del equipo norteño, quienes tuvieron que caminar al menos unos cinco túneles del vestuario al palco visitante y viceversa; mientras que en el juego de la Copa, el señor Alfonso Sosa, y unos cinco elementos del Atlético de San Luis, fueron custodiados por cuatro o cinco uniformados.

Bueno, ni Pedro Caixinha hace tanto alboroto cuando llega al Olímpico, pues nunca requiere de seguridad para llegar a su lugar, y hasta acepta tomarse fotos y dar autógrafos a la banda.

Yo no sé si esta rivalidad algún día será un Clásico felino, pero creo que un partido de alto riesgo ya lo es, no muy lejos de las visitas del mismísimo América.

 
 
GUERRA EN COAPA
 
 
La guerra de egos, celos y todo tipo de intereses están a la orden del día en el Nido de Coapa.

Mi Judas Águila me contó que el capi, el señor Alfredo Tena Garduño no está a gusto con el hecho de que Ángel González, mejor conocido como la "Coca", tenga algunos arreglos con la directiva para estar entrenando con niños y jóvenes que se alistan para formar parte de las Fuerzas Básicas del Ameee.

Es verdad que en los últimos años el cuadro de Coapa ha vendido a varios canteranos a precios inimaginables y que se ha convertido en uno de los principales exportadores del futbol nacional.

Y aquí es donde viene lo bueno, pues al "Coca" lo podrán acusar de lo que sea, que si lucra con su casa club, que si le cobra a los que chavos que tiene a prueba, que si les promete las Perlas de la Virgen, etc.

Lo que nadie le podrá negar es que tiene un ojo clínico estupendo para detectar talentos, algo que quizá le falta a muchos visores del balompié nacional. Él fue quien descubrió a los señores Ricardo Peláez Linares, Cuauhtémoc Blanco Bravo y recientemente a Hirving Rodrigo Lozano Bahena, mejor conocido como "El Chucky" Lozano.

Resulta que don Angel tenía cerca de dos años con un grupo de niños que agarró cuando tenían 9 primaveras y que ahora ya tienen entre 10 y 11. Sinceramente me tocó verlos jugar un par de ocasiones y tenían un gran potencial, no sólo buena técnica, sino el futbol entre los pies.

Arrasaban en los campeonatos donde participaban y hasta en dos ocasiones representaron a la Selección del Distrito Federal ganando y llevándose a los rivales de calle.

Hace una semana les hicieron algunas pruebas para ver a quienes se iba a registrar en las Fuerzas Básicas de las Águilas, y ¿qué creen?, que en un abrir y cerrar de ojos despacharon a todos los jugadores del "Coca" González sin decir agua va, y mientras los chicos se iban por la puerta de atrás luego de un par de años de trabajo, llegaba otro nutrido grupo de las escuelitas del club, que fueron recibidos por Tena con los brazos abiertos.

Yo nomás les cuento, porque a mí te toco verlo, que un par de estos chicos fueron visoreados por gente de Pumas y Pachuca que apenas vio la calidad de estos jóvenes y se lanzó a preguntar por ellos.

PD: Luego no digan que no les avisé.

 
 
SAMBU CHILANGO
 
 
Apenas se anunció el fichaje del señor Rubens Óscar Sambueza y luego luego los malpensados empezaron a imaginar la razón por la cuál el argentino había dejado a La Fiera cuando sólo tenía seis meses en el equipo.

Que si se peleó con "Nachito" Ambriz, que si la llevaba mal con el vestidor, que si no le gustaban las guacamayas.

Nada de eso. Afortunadamente mi Judas Tuzo me contó toda la verdad y nada que ver con esos inventos.

Resulta que al buen Sambu le estaba pegando feo eso de estar lejos de la Ciudad de México, porque como ustedes ya sabrán, él ya tenía toda una vida hecha con su familia en la capital desde que jugaba en el América.

Por esa misma razón, hace un tiempo, Sambu aceptó la oferta del Toluca, para no alejarse tanto de la capirucha.

(¿Por qué le pegaba tanto estar lejos de esta CDMX?, pues por una situación embarazosa matrimonial, pero en eso no ahondaré).

Pues bueno, pasar a León parecía una buena idea, hasta que el argentino empezó a extrañar la vida por estos lares, la rutina y todo el caos que envuelve a esta bonita ciudad.

Por ello, Sambueza le pidió chance a los altos mandos de Grupo Pachuca de buscarle equipo en la capital o las zonas aledañas.

Fue ofrecido a varios clubes, pero nomás no lo quisieron.

Para fortuna de Sambueza, a Pachuca no le caía nada mal otro refuerzo, quizá no de titular, pero sí como un suplente de lujo para Martín Palermo, que le terminó dando el visto bueno.

 
 
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