El proyecto inicial de Ares de Parga con los Pumas no era mala idea. Recuperar la cantera y la garra universitaria fueron temas que seguramente el Patronato le aplaudió y lo puso al frente del equipo y como máximo responsable de un proyecto que le explotó en las manos.
Ares llegó, además, con la ambición que otros dirigentes no habían mostrado, y la siempre fiel afición universitaria escuchó con entusiasmo e ilusión sus palabras.
Entonces se habló del ADN universitario, de la creación y surgimiento de figuras como si estuviéramos a punto presenciar las clonaciones de Hugo Sánchez, Luis Flores, Luis García, Jorge Campos, Miguel España, Alberto García Aspe y algunos otros héroes universitarios.
Nada de eso pasó, lo mejor que vimos fue un torneo de 30 puntos, que no quedó más que olvidarlo de inmediato porque lo sucedido en la Liguilla fue espantoso.
Ni hablar de la salida de algunos jugadores y de la soberbia de otros que se quedaron y demostraron que, pese a vestir la playera universitaria, tienen el ADN equivocado.
Pumas no es lo que su afición quiere, Ares no es el directivo adecuado y sus fórmulas tampoco son las correctas. Ya es hora de que el Patronato se quite los lentes oscuros y vea la realidad porque hace falta un directivo de verdad.
Twitter: @selene_pauluna |