La Selección Mexicana intentará cumplir hoy con su primer "compromiso en serio" en lo que va de la Copa Oro.
Después de una Primera Fase de mero trámite -con tres adversarios de medio pelo para abajo-, por primera vez los tricolores enfrentarán a un equipo con verdaderos argumentos como para oponerle cabal resistencia y aspirar a vencerlo.
Este máximo representativo del futbol de Costa Rica estaba previamente contemplado para las Semifinales, pero la inestabilidad en su desempeño lo mandó al segundo lugar de su grupo a pesar de jugar sus tres partidos en territorio tico, lo que anticipó, para estos Cuartos de Final, el enfrentamiento previsto para la penúltima instancia de este torneo.
Sin embargo, para nada puede descartarse la posibilidad de una victoria del equipo dirigido por Gustavo Matosas.
Jugando como ambas escuadras han jugado, la mexicana se impondría con relativa facilidad; pero como el conjunto de Gerardo Martino todavía no alcanza la consistencia en su juego que garantice un buen rendimiento, y como el acicate que para cualquier otro "concakafkiano" siempre implica enfrentar a la Selección Mexicana puede llevar a la de Costa Rica a brindar la mejor de sus actuaciones, al momento de la verdad, en la práctica, el partido podría desarrollarse muy distinto a como luce en teoría.
Para hacer valer su condición de favorito, el cuadro tricolor deberá mostrar su mejor cara, jugar durante los 90 minutos como en términos generales lo hizo en sus cuatro partidos amistosos previos a este torneo... y dejó de hacerlo en algunos lapsos de los tres que en él ha jugado.
Con la sensatez que lo ha distinguido, Martino ha ido estructurando paulatinamente su alineación idónea, con Guillermo Ochoa en la portería como inmejorable garantía, con Jesús Gallardo y Luis Alfonso Rodríguez (o Fernando Navarro) como confiables y muy eficientes laterales, con Andrés Guardado como ejemplar líder que sigue aportando mucho con lo que él juega pero también con lo que hace jugar a sus compañeros, con Edson Álvarez como bastión del equilibrio en medio campo, con Carlos Rodríguez o Jonathan Dos Santos fortaleciendo ese equilibrio y dándole mayor solvencia al trabajo de recuperación y distribución del balón, con Rodolfo Pizarro como principal generador del futbol ofensivo funcionando como el cuarto de los mediocampistas o el primero de los atacantes, con Raúl Alonso Jiménez y su capacidad en la definición y para participar en la elaboración de los ataques, y con Carlos Uriel Antuna o Roberto Carlos Alvarado como productivo complemento en la última zona.
Con nueve de esos jugadores en la cancha, y si funciona adecuadamente su dupla de centrales (¿Carlos Salcedo y Néstor Araujo mientras Héctor Moreno recupera su plenitud?), el equipo mexicano deberá imponerse hoy sin mayores dificultades.
A ver si lo hace.
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