"En la vida no hay clases para principiantes.

En seguida exigen de uno lo más difícil".

Rainer Maria Rilke (poeta alemán)

 
Bastaron 23 días para que 28 selecciones se marcharan del torneo tras caer eliminadas.

A lo largo de la historia de la copas del mundo, el futbol se ha empecinado en demostrar que sólo hay dos clases de equipos: los que siempre ganan títulos y los que no pierden la esperanza de conseguirlo.

Nunca una selección tan chica se había ido con la frente tan en alto como ahora lo hizo Costa Rica. Sin reproches y con un ejemplo de humildad, su entrenador José Luis Pinto así lo enfrentó tras caer con Holanda:
 
"No somos una potencia. Trabajamos con lo que tenemos y lo hicimos bien, con oficio. Nos tocó defendernos. Nos falta algo, algo que algún día tendremos".

Después de llegar como víctimas seguras, los Ticos terminaron ridiculizando a tres campeones del mundo (Uruguay, Italia e Inglaterra) y, en Cuartos de Final, llevaron el partido al límite contra el tres veces finalista Holanda.

Aunque a muchos mexicanos nos duela, hoy tenemos que reconocer que ningún representante de Concacaf había logrado semejante hazaña.

Durante estas tres semanas, también Colombia nos cautivó con el futbol alegre que en teoría le correspondía a Brasil, con los 6 golazos del que ahora es uno de los jugadores más codiciados en Europa -James Rodríguez-, con las atajadas de Ospina y las gambetas de Cuadrado.

Para esta Selección sudamericana que se ausentó del máximo certamen futbolero durante 16 años, el haber perdido con el anfitrión bajo los códigos de las artes marciales igualmente fue una proeza.

Pero en Brasil 2014, el fantasma de las lesiones no deja de cobrar víctimas. Ahora las bajas de Neymar, Agüero y Di María dificultan cualquier tipo de predicción. ¿Podrá vencer un solitario Messi a la Holanda que batalló contra México y Costa Rica?

Del otro lado del pizarrón, las dos selecciones que engloban 196 partidos en la cronología de los Mundiales increíblemente se toparán apenas por segunda vez.

Decía Mark Twain que hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas.

Si esto no le hace rima, en la enciclopedia del futbol aparecen los siguientes datos: Brasil, con 97 partidos mundialistas y todos los dioses inmaculados del balón, suman 210 anotaciones, mientras que los siempre fríos y calculadores alemanes, en 99 encuentros han anotado 203 goles.

Aunque no necesitamos ser expertos para a golpe de vista detectar que los brasileños ya no se divierten jugando. ¿No cree usted?

PD: "Mi peor rival es el próximo". Rafael Nadal.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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