Procedente del año más extraño en la época moderna llega el Torneo Guardianes 2020 con su repartido calendario, partidos a puerta cerrada, el regreso del Repechaje y un formato de competencia diferente que debe cambiar la forma en la que evaluamos a los competidores.
Queda claro que desde un aspecto económico, el regreso del Repechaje tiene todo el sentido del mundo, ya que es hasta los partidos de Liguilla en donde los equipos y televisoras terminan produciendo sus ganancias. Por lo que ampliar la fase de eliminación directa parece una medida lógica tomando en cuenta la situación actual.
Por otra parte, el Repechaje a un solo partido pinta divertido. Verán que este detalle de jugar en tipo serie (ida y vuelta) o a un solo partido es uno de los factores más infravalorados en las competencias deportivas.
Cualquier tipo de serie en la postemporada está fabricada para proteger al poderoso porque es más probable dar la sorpresa en un solo cotejo que darla en una serie completa.
El mejor ejemplo lo encontramos en la postemporada de la NBA con unos Lakers que perdieron su primer partido ante Portland, pero terminaron ganando la serie.
Es correcto, así como la tabla porcentual del futbol mexicano protege a los poderosos pensando que pueden tener un mal año, pero no tres. Pasa lo mismo con los fuertes del deporte americano que pueden tener una mala noche, pero no cuatro.
Otro ejemplo de cómo el formato puede impactar tanto en una postemporada lo tenemos en la Champions League que presentó un formato de nocaut favoreciendo las sorpresas del Lyon y Leipzig.
Si el Repechaje era divertido y morboso, confío que esto lo será más, pero mejor analicemos cómo este cambio de formato afectará la evaluación de los equipos y sus técnicos.
De principio, la inclusión de 12 equipos en la Fiesta Grande del futbol mexicano hace pensar que su margen de error será mayor, sin embargo, las ágiles decisiones de los equipos tapatíos para despedir a sus técnicos y la forma como se va acomodando la Tabla General hacen pensar lo contrario.
Antes, quedar fuera de Liguilla era perdonable, pero ahora que clasifican 12 en lugar de ocho, quedar fuera de las finales probablemente signifique despido.
Hoy más que nunca aplica la frase de técnico que no clasifica se va.
Con los equipos acostumbrados al protagonismo debe suceder algo similar; para ellos el equivalente de clasificar en un torneo normal (8) debe ser considerado terminar en los primeros cuatro lugares y no en los primeros 12 cómo mediocremente se pudiera ver.
Por más que el torneo y los tiempos sean raros, a estos equipos de corte caro les tenemos que demandar la clasificación directa en los primeros cuatro lugares de la Tabla.
Bendito futbol mexicano, tan folclórico como siempre.
Twitter: @AldoFariasGzz |