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El ocaso de una estrella
José Pablo Coello | 28-05-2019
en CANCHA
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Por alguna extraña razón, su nombre rara vez aparece cuando se debate acerca del mejor mariscal de campo de todos los tiempos. A pesar de haber sido uno de los grandes líderes de la dinastía más dominante en la historia del deporte, y de haber llevado a su equipo a ganar 5 títulos de la NFL en 7 temporadas, sus números individuales no poseen la brillantez y la espectacularidad que si tienen otros grandes íconos en dicha posición.

Aun así, es justo recordar que Bart Starr fue líder de rating en 1962, 1964, 1966, 1968 y 1969. Además, fue considerado el mejor en su posición en 1966 cuando fue nominado al equipo All-Pro, amén de llevarse el premio al jugador más valioso al final de la campaña. Por si lo anterior no fuera suficiente, también fue el más valioso en las 2 primeras ediciones del Super Bowl, y formó parte del equipo ideal de la Liga en la década de los sesenta. Su número es uno de los seis que los Empacadores han retirado a lo largo de su historia, y su brillante trayectoria le valió ser entronizado al Salón de la Fama de Canton en 1977.

Cuenta la historia que una lesión en la espalda y la falta de regularidad con Alabama en sus 2 últimos años como colegial, provocaron que pocos equipos de la NFL se interesaran en él. Finalmente, en la ronda 17 del reclutamiento colegial de 1956 los Empacadores lo tomaron con la selección 200, y 3 años más tarde, Vince Lombardi le dio la titularidad al reconocer en él a un líder nato dentro y fuera del terreno de juego.

A pesar de que nunca pudo igualar sus logros como jugador cuando recibió la responsabilidad de ser el gerente general y el entrenador en jefe del equipo, Starr se mantuvo como una de las personalidades más queridas por los fanáticos de los Empacadores. Su presencia en ocasiones especiales, como aquella vez que apareció para la ceremonia de retiro del número de Brett Favre, siempre fue muy bien recibida en Lambeau Field.

Los últimos años de su vida fueron difíciles, y su salud se deterioró aceleradamente a partir de un infarto cerebral en 2014. A pesar de ello, supo sobrellevar con dignidad su situación, y se convirtió en una de las figuras más respetadas por la familia de la NFL.

Bart Starr fue, hasta sus últimos días, un ejemplo de lucha, disciplina y perseverancia. Es el único QB que ha ganado 3 títulos consecutivos en la historia de la Liga, y todo después de haber llegado a la NFL por la puerta de atrás. Quizás hoy, que se ha adelantado en el camino, sus logros cobren mayor relevancia y nos obliguen a reconsiderar su lugar en la lista de los mejores mariscales de campo de todos los tiempos.

 
Twitter: @JosePabloCoello
 
 
 
 
 
 
 
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