Antonio Brown ha sido el receptor más productivo de la NFL en los últimos 6 años, y es muy probable que termine su carrera con un lugar en el Salón de la Fama. Sin embargo, a pesar de su innegable talento y de sus increíbles cualidades físicas, la forma en la que ha salido de los Acereros de Pittsburgh ha generado división de opiniones entre expertos y aficionados.

Lo cierto es que, al menos en apariencia, su partida debilita a una ofensiva que tendrá que lidiar con su ausencia y con la inminente partida de Le'Veon Bell, mientras que su llegada a los Raiders le da a Jon Gruden, a un precio de ganga, una pieza muy valiosa para tratar de resucitar la carrera de Derek Carr.

Lo que es evidente es que Brown emerge como el ganador incuestionable al final de este drama. De entrada, él y su agente consiguieron un contrato por más de 54 millones de dólares, 30 de los cuáles están 100 por ciento garantizados, lo que contrasta con los poco más de 31 millones de dólares, sin dinero garantizado, que tenía en su contrato anterior.

Por otra parte, no me sorprendería que este caso abra las puertas para que este tipo de situaciones se multipliquen. Habrá quien argumente que Antonio Brown demostró ser indisciplinado y desleal al negarse a jugar para un equipo que no sólo le dio la oportunidad de formar parte de la NFL, sino que además, tenía un contrato firmado por él, al que le quedaban todavía tres años. Y seguramente habrá quienes estén dispuestos a sacrificar sus ingresos para jugar en un equipo contendiente o bien, por simple "amor a la camiseta".

Sin embargo, siendo muy fríos, hay que reconocer que en un deporte tan violento, los jugadores tienen la obligación de aprovechar sus años de mayor productividad y maximizar sus ingresos. Y la verdad es que desde el punto de vista económico, no tenía ningún sentido para un receptor con los números de Brown seguir jugando para un equipo que, por la razón que fuera, no estaba dispuesto a garantizarle un solo dólar del resto de su trato.

El balance final de esta transacción para todos los involucrados es hoy una incógnita. Pero así como alguna vez la agencia libre llegó a la NFL para quedarse, me parece que la ruta marcada por Antonio Brown podría modificar para siempre el futuro de las negociaciones contractuales para los jugadores de élite.

 
Twitter: @JosePabloCoello