Hablar de Tiger Woods es referirse al más grande golfista de todos los tiempos.
En mi opinión, hasta el momento, únicamente se encuentra atrás del "Oso Dorado" Jack Nicklaus, y esto también se debe a como Jack cuida su carrera dentro y fuera de la cancha a lo largo de los años.
En lo particular me parece formidable la gran capacidad de Tiger de reinventarse.
He tenido la oportunidad de seguir su carrera muy de cerca desde sus inicios y también de haberlo conocido y visto algunas veces.
La primera ocasión fue en Torrey Pines, era el Junior World y él tendría 15 años de edad, le tocó jugar tres días seguidos con mi hermano, Alejandro, lo seguimos mi papá y yo junto al padre de Tiger, Earl, que de entrada parecía muy serio, pero terminó siendo una persona muy agradable, pero de pocas palabras.
Unos meses después, en Miami, durante el Orange Bowl, les volvió a tocar jugar juntos, para entonces todo el mundo hablaba de Tiger y las galerías para verlo jugar ya eran importantes.
Recuerdo lo largo y derecho que le pegaba a la pelota y la facilidad que tenía para manejarla, por supuesto, que ganó los dos torneos.
Años después, lo vi en Pebble Beach en el U.S. Open de 2000, probablemente una de las hazañas más importantes del golf al ganar por un récord todavía vigente de 12 golpes de ventaja sobre el segundo lugar.
Todo parecía que el récord de 18 Majors de Jack Nicklaus sería fácilmente superado.
Después, vinieron las lesiones, probablemente ocasionadas por el régimen de ejercicio tan estricto al que siempre se ha sometido, lo que ocasionó cinco operaciones de espalda y cuatro de rodilla. Y también sus problemas extra maritales lo obligaron a un retiro voluntario del golf durante varios meses.
Asimismo, cambió de swing y de coach en varias ocasiones, la gran mayoría exitosamente y haciendo famosos a quienes lo entrena.
Pues bien, después de tanto, al parecer, Tiger esta de nueva en uno de sus mejores momentos.
El año pasado ganó el Tour Championship y este año se llevó el triunfo en Augusta, con lo que se adjudicó su primer Major en más de 10 años, acortando la distancia a tres como máximo ganador. También, esta temporada, al ganar en Japón y empatar el récord de Sam Snead con 82 victorias en el PGA Tour.
Y para cerrar con broche de oro el 2019, se llevó la Presidents Cup en Australia, al ser capitán/jugador con un récord invicto y ganando su último partido al mexicano, Abraham Ancer.
Actualmente, es el número siete del mundo y se ve en mejor forma física que nunca, y lo más importante, libre de lesiones.
Ya estamos a menos de dos meses de la cuarta edición del WGC Mexico Championship, donde estuvo presente en la edición anterior.
Estoy seguro que lo tendremos de regreso el próximo año y me gusta para que se lleve su triunfo número 83, una marca que, creo, estará para siempre.
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