Hace dos años, cuando Dan Quinn fue contratado para hacerse cargo del equipo, los Halcones de Atlanta habían dejado de ser relevantes en la División Sur de la Conferencia Nacional. A pesar de haber jugado por el boleto al Súper Tazón en la campaña del 2012 y de contar con un mariscal de campo que parecía tener las cualidades necesarias para triunfar en la NFL, la era de Mike Smith había concluido de forma decepcionante con dos temporadas perdedoras de manera sucesiva. Y lo más alarmante era que Matt Ryan, tras haber firmado un contrato por más de 100 millones de dólares y cinco años, parecía haber dejado de progresar.
Casi al mismo tiempo que Atlanta apostó por Quinn como entrenador en jefe, Kyle Shanahan fue designado para hacerse cargo de la ofensiva y del futuro de Ryan. El nuevo mandamás del equipo llegaba tras haber creado a una de las defensivas más dominantes de los últimos tiempos en Seattle, y con ese perfil hacía falta que una mente ofensiva brillante lo complementara para que su proyecto rindiera frutos. Aunque el proceso fue largo y en ocasiones doloroso, hoy es evidente que el trabajo de Shanahan ha sido notable, y, gracias a él, Matt Ryan está a un solo triunfo de cerrar con un título la mejor campaña de su carrera.
A pesar de que Ryan tendrá que jugar el partido de su vida para que los Halcones aspiren a vencer a los Patriotas, me parece que el reto que está enfrentando Shanahan durante la presente semana es aún mas complicado. Y es que está claro que el joven coordinador ofensivo es el elegido para convertirse en el nuevo entrenador en jefe de los 49's de San Francisco, aunque el anuncio oficial no pueda hacerse sino hasta el final del Súper Tazón LI.
Así las cosas, Shanahan enfrenta la difícil tarea de diseñar un plan de juego lo suficientemente robusto y completo para vencer a la temible dupla de Bill Belichick y Matt Patricia. Mientras tanto, otra parte de su tiempo y de su mente trabajarán pensando en cómo darle la vuelta a una histórica franquicia que se ha convertido en el hazmerreir de la liga en los últimos años, y que además ha apostado por John Lynch, un hombre sin experiencia alguna en la materia, para comandar la gerencia general.
Shanahan es joven, talentoso y echado para adelante, y no dudo que pueda con el paquete. Aun así, me parece que el tiempo que necesariamente ocupe para pensar en su futuro a partir del próximo lunes será un handicap en contra de las posibilidades de Atlanta en el duelo del domingo ante Nueva Inglaterra.
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