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Dura realidad para Tiger
Rafael Alarcón | 31-01-2017
en CANCHA
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"El tamaño de un divot es proporcional a la frustración que siente uno al pegar un golpe".

Charlas del Hoyo 19
 
 
El regreso de Tiger Woods a la competencia formal durante la semana pasada en la PGA Tour fue un golpe a la realidad.

Su regreso después de 17 meses sin la adrenalina de los fairways se mostró en los dos días de juego del Farmers Insurance Open.

En uno de los campos donde más éxito ha tenido como profesional, Torrey Pines en San Diego, California, tuvo sólo algunos destellos de aquellos grandiosos golpes, extraordinarias recuperaciones y putts que sólo él embocaba.

Mostró mucha irregularidad e inconsistencia, se le vio fallar una gran cantidad de golpes largos a la derecha y jugó igual de veces desde el pasto largo (rough) que del fairway. Su juego corto del primer día dejó dudas sobre la posibilidad de que vuelva a ser el mejor algún día.

Tiger vivió una obligada ausencia de las canchas por lesiones y operaciones de espalda; esta vez siguió las indicaciones de sus doctores para no regresar anticipadamente, tanto él como los aficionados ansiaban verlo ya con la esperanza de que volviera a jugar como lo hizo en su mejor momento. La realidad es que el futuro de Tiger apunta a que sea un jugador más de los mejores 20 del mundo que el dominante que algún día fue.

Además de una frágil espalda, y que en cualquier momento podría hacer que su carrera llegue al final, Tiger tiene en contra la ausencia de las competencias por un periodo largo. Los 41 años de edad y, sobre todo, 25 años de intensa carrera deportiva que no perdonan.

Hasta hoy ningún golfista profesional ha podido mantener un nivel de juego dominante después de 25 años de actividad severa. Aunque su inicio en el profesionalismo se dio alrededor de los 20 años, la preparación intensiva llegó cinco años antes al ingresar al amateur. El tic-tac del desgaste comienza a los 15-16 años y Tiger no será la excepción. Quienes empiezan temprano pierden reflejos temprano.

Tiger Woods ha tenido la carrera más sobresaliente de la era moderna sin duda alguna, y su gran meta ha sido tratar de superar el récord de 18 Majors ganados por Jack Nicklaus, por ahora lleva 14, y por ello ha empujado su desarrollo físico al borde de sus límites.

La dura realidad es que en su regreso a las competencias en forma regular (si es que sucede) sólo mostrará algunos momentos espontáneos de esa grandeza y ganará algunos torneos, bien podría ser un Major, pero es más probable que su constancia y habilidad de convertir las jugadas claves a favor, como había sido su distinción, no estarán tan presentes y la nueva generación de competidores no tendrá flaquezas al enfrentarlo.

Hasta el próximo green.

 
 
 
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