Los Cardenales, las Panteras y los Acereros han sido los tres primeros equipos en utilizar la etiqueta de jugador franquicia en la presente "temporada baja" de la NFL.
Tal como lo habíamos adelantado hace algunas semanas en este espacio, dichas escuadras han decidido utilizar este recurso para tratar de seguir controlando el futuro de hombres que consideran fundamentales para la estabilidad de sus respectivos proyectos.
Chandler Jones fue dejado en libertad de forma inesperada por Bill Belichick y Bruce Arians no dudó en firmar a uno de los más temidos cazadores de cabezas de la NFL. Sin ir más lejos, solamente Khalil Mack y Von Miller tienen más capturas que Jones en los dos últimos años, y su presencia en el equipo es invaluable para la viabilidad del proyecto de Arizona en los próximos años.
Aunque el objetivo de las partes seguirá siendo encontrar la ruta hacia un convenio a largo plazo, de no llegar a ningún acuerdo, Jones tendría que jugar con los Cardenales la campaña del 2017 con un sueldo que estaría por arriba de los 14 millones de dólares.
Las Panteras parecen haber aprendido la lección de lo sucedido el año pasado con Josh Norman. Aunque hace un año también le aplicaron la etiqueta de jugador franquicia a su esquinero titular para luego retirarla y dejarlo en libertad, me parece que no hay forma de que lo mismo suceda en el caso de Kawann Short.
El tacle defensivo es otra pieza irreemplazable en el esquema defensivo del equipo de Ron Rivera, y el propio entrenador en jefe había declarado que su equipo no podía darse el lujo de perder al egresado de la Universidad de Purdue.
Finalmente, los Acereros decidieron asegurarse de que Le'Veon Bell seguirá jugando en Pittsburgh al menos durante la campaña del 2017. A pesar de su propensión a lesionarse y de sus problemas extra cancha, Bell es poseedor de un talento único y le da una dimensión diferente a la ofensiva que coordina Todd Haley.
Adicionalmente, y en una jornada laboral muy productiva, el gerente general Kevin Colbert cerró también un acuerdo por 4 años con Antonio Brown, con lo que ahora podría concentrarse en otros pendientes de menor envergadura, tras haber amarrado a las dos piezas más valiosas de su engranaje ofensivo.
Con el plazo llegando a su fin, Jones, Short y Bell son sólo los tres primeros nombres en una lista que seguramente crecerá y determinará el futuro no solamente de los jugadores que reciban la designación, sino de los equipos que de una u otra forma terminen siendo afectados, para bien o para mal, por estas complejas decisiones que forman parte del negocio de la NFL.
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