En medio de la turbulencia del Club Deportivo Guadalajara, hagamos una pausa, respiremos profundo y analicemos. No tomemos la ruta fácil de culpar al entrenador, al directivo o al dueño. Intentemos ir un poco más profundo.
¿Por qué sufre tanto el equipo? ¿Por qué cada vez resulta más complicado que Chivas conforme un equipo ganador? ¿Por qué hay que esperar tanto para que surja un grupo exitoso?
Hoy en día, los mejores futbolistas mexicanos, los buenos prospectos y los verdaderos talentos a futuro, desean ir a Europa antes que probar fortuna con Chivas. Ya no es el Guadalajara el sueño de todo joven que comienza a destacar.
El Rebaño ya no puede darse el lujo de contar con los mejores futbolistas de nuestro País. Y no puede porque no están. Los tiempos han cambiado.
Hace un par de décadas no era común ni tan sencillo que emigraran al extranjero. El boom fue pasando el Mundial del 2006. Antes, la baraja era más amplia para el Guadalajara, independientemente de los presupuestos.
Si a Diego Lainez, más allá de su origen americanista, Chivas le hubiera ofrecido lo mismo que gana en Betis, ¿habría cambiado su decisión de probar suerte en el Viejo Continente?
Si algún club europeo comenzara a coquetearle a Carlos Rodríguez y también Chivas, ¿qué opción y cuál vitrina elegiría el joven de Rayados?
Vaya, si al "Chucky" Lozano o a Erick Gutiérrez, Guadalajara hubiera puesto más plata que el PSV, ¿se habrían quedado en México? Imposible.
Hoy Europa genera ambición, status y plataforma.
Así que Chivas tiene dos opciones. O hacerlos surgir de su propia cantera y no desprenderse de ellos tan fácil cuando aparezca un comprador (poniendo en riesgo también el factor venta -esencial para cualquier modelo de negocio-) o bien, comprar y/o apostar por el futbolista mexicano promedio. No por el jugador figura, sino por aquel rentable y de calidad probada. Contratar bien como lo hicieron con Mier y Molina o como debieron hacerlo en su momento con Oribe o Henry Martín. Y obvio, no desprenderse, por caprichos, de talentos como José Juan Macías.
No quisiera decir que el Club Deportivo Guadalajara está en desventaja por su filosofía pero, al ser el único que opera en condiciones distintas al resto, complica y reduce su margen de maniobra. (Aunque siendo sinceros, tendría que ser distinto, pues potencialmente tiene mucha más tela esparcida por todo el territorio nacional).
CÓDIGO 408 Son ya nueve entrenadores cesados en la presente campaña. El 44 por ciento de los que iniciaron la aventura ya no están más. Una cifra de escándalo. Tan cortos los torneos, como los procesos de la gran mayoría de los técnicos.
Por cierto, 408, es el código telefónico de San José, Califoria. Lo aprendí ahora que anduve por allá. "Por si ocupan", aunque sea imposible ese regreso.
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