El Tri no se sale del libreto y gana a Canadá en Copa Oro.
El conjunto del "Tata" Martino sigue viviendo una luna de miel y cosechando triunfos que no son más que placebos para un futbol que, dentro de sus pretensiones, busca crecer.
La Copa Oro se ha convertido, para los federativos y sus huestes, en un negocio redondo donde no ponderan nada más que los billetes verdes.
Poco futbol pero eso sí, muchos goles y espectáculo contra rivales mediocres, que no son parámetro para una Selección y para un futbol que pretende ser reconocido.
Los rapaces de pantalón largo han logrado colocar y vender un producto de lo más bajo a un público sediento de ver a su Selección jugar. No se tientan el corazón ni con el propio aficionado ni con sus jugadores, estos últimos sufren los vejamenes de estos personajes que prefieren ensanchar los bolsillos que la integridad de sus futbolistas.
Anhelamos ser una Selección de primer nivel jugando partidos donde no nos exigen en lo más mínimo. Queremos dar ese salto de calidad ensalzando y endulzándonos la boca con una Copa Oro que más parece de oropel.
Seguramente México alcanzará instancias finales, de ser campeones: los aficionados y nuestro bendito futbol, recibirán una aspirina más para cubrir y apaciguar la tormenta de mediocridad en la que estamos envueltos.
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