Invéntale el cargo
 
 
Mientras algunos clubes tienen una estructura súper definida, en la que todo mundo tiene claro al menos cuál es su cargo, hay otros que nomás son un auténtico desgarriate.

Las juntas en las que se negocian los horarios de la Liguilla suelen ser imán de directivos de rango medio, y la del lunes pasado no fue la excepción, pero me pareció muy exótico que cuando le preguntaron al representante de Chiapas FC, Adalberto Palma, cuál era su cargo en el club, por aquello de la precisión para los reportes, éste contestó que "como quieras ponerme", e incluso pidió a sus interlocutores que le dieran opciones para escoger, después de lo cual decidió que le dijeran "como a Ricardo Peláez en el América", o sea, presidente.

Sin embargo, a los pocos segundos reculó y, tras analizar los cargos, se animó a sugerir que le llamaran "director deportivo", pero cerró pidiendo que lo manejaran como "presidente deportivo" porque "así se escucha más rimbombante, mi amigo".

¡Ouch!

 
 
 
 
¿Y las cemitas?

 
Por ahí dicen que los seguidores del Puebla andan muuuy enojados.

Sin embargo, ahora los culpables no son los jugadores o la directiva, sino el Gobierno del Estado.

Quienes saben los motivos aseguran que en la reinauguración del Estadio Cuahutémoc, el miércoles pasado, hicieron a un lado a los tradicionales vendedores de cemitas, quienes, por supuesto, no tardaron en poner el grito en el cielo.

Al menos en el encuentro ante Boca Juniors, las cemitas que tantas barrigas han llenado, pues no llenaron las expectativas de las autoridades, por lo que sólo se ofrecieron botanas.

Mientras más de uno se pregunta si el venerado manjar poblano volverá mañana ante Toluca, hay quien teme que en su lugar aparezca algo más del gusto del Góber, ya ven que casi no hace lo que quiere por allá.

 
 
 
 
Entre las plantitas
 
 
Por alguna extraña razón, a alguien se le ocurrió modificar el acceso a la Cancha 2 de CU, donde entrenan los Pumas, tapando con arbustos la entrada a la cancha que estaba más cerca de la puerta de malla que la rodea, obligando a los jugadores y al cuerpo técnico a irse a dar la vuelta hasta el fondo del campo para poder tomar la veredita y salir.

Yo creo que más tardaron en sembrar los arbustos referidos que en lo que tooodo el plantel auriazul decidió ignorar la barrera y pasarse por entre las plantas, con tal de evitar la fatiga de irse hasta el acceso.

Si por ahí les ven las piernas medio rasguñadas a los jugadores, no crean que fue porque se pelearon entre felinos.

 
 
san.cadilla@reforma.com