Hoy en día el futbol es un negocio y un equipo como Lobos BUAP con poco presupuesto y con poca afición, no pudo sobrevivir en esto, causa de las personas inexpertas en el tema de los negocios, en querer invertir millones y sólo querer hacer beneficios sin pies ni cabeza.
La inminente venta de la jauría a Juárez llegó, y ¿cómo no?, si el inmueble no tenía vida propia, las butacas no se llenaban y el Olímpico no pesaba.
La apatía de la afición por no apoyar a un equipo finalmente tomó sus consecuencias, hoy Juárez vivirá una vez más la sensación de existir en Primera División y seguramente la gente y este nuevo recinto valorarán lo que es estar en Primera.
Aficionado de Lobos, quizá el último domingo de juego en casa fuiste al partido contra Cruz Azul sin saber que sería la última vez que pisarías ese inmueble y aunque suene raro, sí existía afición fiel y de corazón, es por ello que debes sentirte orgulloso de tus colores, de haber formado parte del equipo con la menor afición del futbol mexicano y de haber portado con orgullo tu escudo.
Será difícil regresar tan pronto, pero estoy segura que algún día, los veremos volver.
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