La semana pasada, el dueño de los Jets anunció el cese de su gerente general Mike Maccagnan, luego de cuatro años al frente de la organización. Si tomamos en cuenta que desde su llegada Nueva York únicamente ganó 24 partidos y perdió 40, ocupando en tres de las cuatro temporadas el sótano de la división, la decisión no debiera sorprender a nadie. Lo que resulta increíble es que antes de darle las gracias, Chris Johnson haya permitido que Maccagnan tomara una larga lista de decisiones trascendentes de cara a las próximas campañas.
Por principio de cuentas, hoy sabemos que el entrenador en jefe Adam Gase nunca estuvo de acuerdo con el precio que los Jets pagaron por Le'Veon Bell. Es más, con Gase como gerente general interino, hoy circulan rumores de que los Jets estarían buscando cambiar a Bell, aun cuando ya le pagaron un bono por firmar de 12 millones de dólares. Otro jugador veterano por el que Maccagnan apostó fue C.J. Mosley, apoyador que llegó como agente libre procedente de los Cuervos, tras firmar un contrato por 5 años y 85 millones de dólares, 51 de los cuales están garantizados. Y aunque no está claro si Gase pidió la contratación de Mosley, lo cierto es que se trata de una inversión que le resta flexibilidad financiera al equipo en el corto plazo.
Finalmente, no tiene ningún sentido que Maccagnan se haya hecho cargo de la planeación estratégica previa al draft, y de tomar las decisiones durante el reclutamiento colegial. Ignoro si Quinnen Williams, como muchos suponen, se convertirá en figura y si los otros 5 jugadores seleccionados por los Jets tendrán una influencia positiva en la organización. Sin embargo, con el despido de Maccagnan, será muy complicado deslindar responsabilidades si las cosas no salen bien.
Como el resto de los equipos de la NFL, los Jets son una empresa privada y sus dueños tienen el derecho de tomar decisiones radicales en el momento en el que lo consideren pertinente. Sin embargo, son este tipo de determinaciones las que dejan claro porque la escuadra de Nueva York no ha jugado un Super Bowl desde hace más de 40 años, y porque no han podido si quiera calificar a playoffs desde la temporada del 2010.
Twitter: @JosePabloCoello |