Tras el duelo inaugural del pasado jueves entre Chicago y Green Bay, hoy entran en acción otros 26 equipos. Y aunque casi todos sueñan con tener una temporada perfecta y llegar al mes de enero con vida, lo cierto es que el grupo de escuadras que arrancan la temporada con los recursos necesarios para ganar un título, es realmente reducido.
En la Conferencia Americana, no veo que nadie esté siquiera cerca de Nueva Inglaterra y Kansas City. Es cierto que los Patriotas perdieron piezas importantes dentro y fuera del terreno de juego, sin embargo, esta no es la primera vez que algo así sucede en la era de Belichick. El mejor entrenador en jefe en la historia reciente de la NFL volverá a demostrar su capacidad y volviendo a sus inicios, se hará cargo de las funciones de coordinador defensivo para hacer de dicha unidad, una de las más competitivas de la liga. Además, de la mano de Scnarnecchia, McDaniels y Brady, la ofensiva será una máquina de generar yardas y puntos, más allá de no tener a jugadores estelares entre sus filas. No dudo que el inicio de campaña pueda ser complicado, ya que el mes de septiembre suele ser tomado como una pretemporada extendida por Belichick, pero estoy convencido que llegado el mes de diciembre, habrán ganado su división y estarán peleando por uno de los dos primeros lugares en la Conferencia Americana.
En Kansas City, las expectativas son más elevadas que nuca. Patrick Mahomes tuvo una temporada increíble, sobre todo para un joven que está por cumplir los 24 años de edad. La ausencia de Kareem Hunt podría limitar su efectividad, aunque tener a un elenco con Tyreek Hill y Travis Kelce como figuras centrales, debe ser suficiente para ser uno de los contendientes a ganar el MVP. La defensa se ha reforzado y es coordinada por el experimentado Steve Spagnuolo, en quién podría estar la fórmula para ser un equipo más equilibrado, capaz de terminar con la supremacía de Nueva Inglaterra y regresar a un Super Bowl después de 50 años de ausencia.
En la Conferencia Nacional, los Santos esperan que la baja de nivel de Drew Brees en la recta final del 2018 haya sido solo una mala racha, y no el principio del fin de uno de los mejores mariscales de campo en la historia. La sola presencia de Brees, Alvin Kamara y Michael Thomas, hace de esta ofensiva una unidad de élite, más allá de que la línea ofensiva tendrá que reponerse de la pérdida del centro Max Unger. Sean Payton tiene ante sí el reto de mantener hambriento a un equipo que ligó dos eliminaciones increíbles en las temporadas de 2017 y 2018, y que sabe que su "ventana de oportunidad" pudiera cerrarse de la mano del declive de Brees.
En una situación similar están los Carneros. La derrota en el Super Bowl ha sido especialmente dolorosa para Sean McVay, un gurú ofensivo que fue superado claramente en el duelo de estrategias por Bill Belichick y Brian Flores. El talento de una ofensiva implacable se ha mantenido intacto, y la defensa, aun habiendo perdido a Ndamukong Suh y Mark Barron, podría ser mejor gracias a las incorporaciones de Erick Weddle y Clay Matthews. Aun así, McVay necesita mantener a su equipo motivado para evitar el bajón que suelen tener lo equipos que llegan pierden un Super Bowl.
No dudo que haya sorpresas, y que algún colado pueda llegar más lejos de lo esperado. Pero no se hagan bolas. Es altamente improbable que algún equipo que no sea Patriotas, Jefes, Santos o Carneros gane el Super Bowl LIV.
Twitter: @JosePabloCoello
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