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Rafael Alarcón | 07-02-2017
en CANCHA
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"No existe eso que llaman golpe natural. Golpe natural es algo creado luego de hacer miles de ejecuciones con la bola de golf".

Lee Treviño, profesional de golf
 
 
La semana pasada fui a Mérida por segundo año consecutivo para estar en la Copa Yucatán, torneo de índole internacional para infantiles y juveniles, y regresé una vez más muy emocionado de ver el buen desarrollo del golf de los chavos.

El torneo, convertido ya en una tradición (celebró su décimo aniversario), es hoy en día un viaje obligado para los jugadores y familias en busca del desarrollo de talento de sus hijos en el golf competitivo.

El evento lució en todos los sentidos por su organización y respaldo. El Estado y los clubes anfitriones han hecho del golf el detonante para la región. En alianza con la Federación Mexicana de Golf (FMG) varios torneos importantes se han desarrollado porque, entre otras cosas, el campo del Yucatán Country Club se presta para albergar cualquier tipo de competencia.

Algunos datos de suma importancia son: hubo 254 participantes en categorías desde menores a 7 años (verdaderas pulgas) hasta adolescentes de 18 años en ambas ramas (verdaderos atletas). El buen juego de los chavos que compitieron no deja la menor duda del avance en calidad que hay en comparación a cualquier año anterior, cada vez se ven más jóvenes llegar mejor preparados en técnica, desarrollo físico y mental, entre otras cosas.

A estos torneos los chavos van acompañados de instructores, además de sus padres que en ocasiones hacen también la tarea de caddies o de entrenadores.

Esa participación de los padres en la enseñanza del golf tiene una función de suma importancia, ya que son principalmente ellos quienes hacen nacer el entusiasmo de los hijos al iniciarse en el golf, pero es limitativa. Mientras algunos pueden seguir enseñando una buena parte de los temas que forjan al jugador, no todos entienden hasta dónde llega su capacidad de enseñanza o participación en el desarrollo, y la pasión o ignorancia en temas de instrucción de golf los rebasa.

Vi a unos cuantos padres equivocarse en la forma en que se dirijen a sus hijos cuando las cosas no salen bien o los chavos fallan en su juego; son padres que pretenden ostentarse como instructores, pero descargan su furia resaltando los errores hechos durante el juego. Esperemos que esta parte también siga mejorando.

En mis años en este bello deporte son muy pocos los golpes que alguien haya hecho con la intención de fallar deliberadamente; denle chance a los chavos de equivocarse, aprender, pero sobre todo de sentirse seguros en el entorno golfístico.

Hasta el próximo green.

 
 
Twitter: @ralarcon2009
 
 
 
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