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Tutti frutti de swings
Rafael Alarcón | 21-03-2017
en CANCHA
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Fue tan bueno lo que nos dejó el Mexico Championship que aún tengo material para compartir con mi amable Foursome de lectores sobre los aprendizajes que nos ha dejado.

Hablamos de la organización y los efectos positivos para el golf mexicano, ahora quiero contarles lo que hacen los mejores del mundo para estar en la élite y que podríamos aprender.

Seguí a los jugadores en el campo de golf desde fuera de las cuerdas, pero también pude estar dentro del área de la plataforma de práctica, donde se puede apreciar lo que hace cada uno en su swing de golf. Entre los mejores del mundo hay un "tutti frutti" (del italiano "todas las frutas") de estilos que usan con inmensa habilidad para pegar a la bola con esa precisión mostrada.

Vi un grupo de swings estéticos o bonitos, que se ven sumamente sólidos bajo el análisis detallado, swings que para muchos serían los que hay que imitar. Entre los más sobresalientes y apegados a la buena teoría del swing están Rory McIlroy, Justin Rose, Adam Scott, Louis Oosthuizen, Justin Thomas y el español John Rahm.

Al extremo está el grupo de jugadores con swings aparentemente rotos, que mueven el cuerpo y el bastón en supuesto desorden: Matt Kutchar, quien era mi favorito, Dustin Johnson, Jim Furyk y Bubba Watson, pareciera que están descompuestos en sus movimientos. Quien no los conocía y los vio por vez primera pudo haber pensado que eran jugadores de un miércoles en el club.

¿Por qué jugadores con técnicas tan distantes y modelos tan variados pueden ser los mejores del mundo? La realidad es que pegarle a la bola con la precisión que nos mostraron es posible con swings de apariencia muy diferente, pero casi idénticos en la zona de impacto, o sea, el cómo llega la cara del bastón unos centímetros antes de hacer contacto con la bola y unos centímetros después de golpear, ahí todos aplican una impecable precisión y consistencia. Estos jugadores no han llegado tan lejos nada más por su forma de pegar a la bola, sino por su habilidad de controlar mejor que otros dónde quieren poner la pelota.

Jugadores de ese nivel son capaces de pegar bien y cuando fallan se recuperan de forma espectacular, piensan en acertar y confían en su habilidad. Pudimos ver que estos jugadores aunque estén aparentemente atrapados en problemas, acaban por recuperarse, por eso Phil Mickelson ha tenido una carrera de éxito.

Sería fácil para quienes nunca habían visto de cerca a los profesionales el haber imaginado que no fallan o son extremadamente precisos y consistentes, o que sólo hacen swings modelos bajo un estilo moderno. Nada más incierto, los mejores del mundo sólo tienen en común que bajo un estilo único y propio saben aprovechar sus cualidades para hacer scores bajos y eso es lo único importante en el golf.


Hasta el próximo green.

 
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