Oxímoron es una figura literaria que combina en una misma estructura, expresiones de significado opuesto para generar un tercer concepto.
Funciona en sentido metafórico. Su significado literal, suena incoherente y un tanto absurdo. Figura retórica que permite ocultar o realzar una intención sarcástica. "Sol de medianoche". "Una tensa calma".
Hoy Pumas se ha convertido en dicho recurso literario. Es un "pequeño gigante". Un grande encogido de hombros al que parece ya no importarle el día a día. Despreocupado y desgarbado va por la vida. Cansado de tanto regaño se ha vuelto un irreverente en las canchas. Escucha poco y acata menos. No entiende de razones.
La reciente eliminación que ha sufrido en Copa MX es el reflejo de lo extraviado que está como institución. ¿Qué es Pumas en la actualidad? ¿Un equipo formador? Hace tiempo que dejó de serlo. ¿Gran importador? No tiene suficientes recursos para contratar a los foráneos más destacados del torneo ni a los más atractivos que puedan llegar a nuestro mercado. ¿Exportador? Ya no. ¿Plataforma de una buena base de mexicanos? Tampoco.
El lastimoso sitio 14 de la Tabla General que ahora ostenta, no es lugar para uno de los llamados "grandes" y lo peor, parece que no duele. El efecto en Pumas es similar al de Chivas: una sobreprotección de parte de un gran sector de su afición. El "sello estudiantil" que lleva entre sus prendas ha generado una coraza inmune a toda crítica.
(Señalar sus errores es casi tan censurable al tratarse de un equipo universitario como inmoral es criticar a Chivas puesto que juega con mexicanos).
Pumas sobrelleva los torneos. Medio compite. Y cuando llega a aparecer en instancias decisivas, se acorrala una y otra vez. Lo mismo ante un América en Liguilla, lo mismo ante un Juárez en duelo de vida o muerte.
Y agreguemos que ha optado por entrenadores novatos sin respaldo suficiente. ¿Tema de presupuesto o verdadera convicción? Parece más lo primero.
El equipo de Marioni enfrentó a Ciudad Juárez pensando en América; aterrorizado de saber que podía ser su rival y por ende, su peor pesadilla.
Y ahí, en ese desquicio mental, en ese laberinto de espejos donde se veía a sí mismo por todos los flancos, no supo hacia dónde caminar; aunque, pensándolo bien, otra derrota ante su acérrimo rival habría sido el más doloroso colofón de un semestre ya de por sí espinoso.
¿O acaso la historia hubiera sido diferente con los "claroscuros", las sensaciones "agridulces" y el "silencio ensordecedor" que Pumas ha ofrecido en los últimos años y torneos? Lo dudo.
Argumentos no tiene y no hubiera tenido en la Final. Pumas se ha acostumbrado a escribir sus derrotas y su presente con puntos suspensivos de "instante eterno".
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