| | Aprobados los dos | | Francisco Javier González | 15-04-2019
en CANCHA
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| | | | El duelo cumbre de la semana entre América y Cruz Azul tenía entre otros cometidos el de ponerlos a prueba a los dos.
Las Águilas tuvieron momentos de incertidumbre al inicio de la campaña que tradujo su técnico al haber tocado fondo. Sucedió la noche de la derrota frente al Necaxa en el Azteca, cuando se repuso el juego de la primera jornada.
Cruz Azul tuvo también sus tormentas en el torneo.
Cuando empató en Veracruz y citó a conferencia el siguiente lunes, se pensó que habría movimientos. Pero Caixinha solo ayudó con la convocatoria a los medios a extender la tensión interna.
En ambos casos, ese fue el momento en que las cosas empezaron a mejorar. Y ayer la cita entre ambos equipos resultaba interesante por saber si se modificaría la tendencia a partir del choque.
Los abucheos que se desprendieron de una tribuna prácticamente llena cuando se escuchó el silbatazo parecerían injustos. Y no es que sea mentira aquello de que el cliente siempre tiene la razón, pero sí es un hecho que el cliente puede ver las cosas de un ángulo distinto al de los demás.
El cero a cero entre América y Cruz Azul es el quinto en sus siete más recientes enfrentamientos. Y no fue buscado. No fue el resultado del temor, de la defensiva a ultranza y del cuidado mutuo de una tabla de posiciones cada vez más complicada. Fue lo que arrojó un duelo en el que ambos tuvieron argumentos para neutralizar a un peligroso enemigo.
El ritmo con el que se jugó, la intensidad y hasta la limpieza de la mayoría de las disputas del balón, la manera en que Aldrete en la mayoría de las ocasiones anuló a un Renato estelar y del otro lado dejaron en cero a un ataque enrachado al cortarle los circuitos, son muestra de calidad.
No se puede negar que lo más atractivo de un partido son los goles, pero tampoco que es preferible un cero a cero bizarro que un nueve a dos vergonzoso como el de Pachuca la noche del sábado.
Ni tampoco, que América y Cruz Azul pasaron el examen mutuo para pensar en el futuro inmediato que empieza el próximo fin de semana.
La Máquina alarga su racha sin ganarle al América a 14. Cercana a los 16 en cadena del 2003 al 2010.
Pero el enfrentamiento es de poder a poder y cada vez más parejo. Parecen diluirse las rachas históricas en que uno sometía al otro sin remedio.
Hay equipos que lo han hecho mejor, evidentemente.
El León de alturas siderales resalta sobre todos, aunque Tigres le peleará hasta el final el liderato general porque sin una cadena de victorias -once- tan sonora como la esmeralda, está solo tres puntos abajo.
La puesta a punto para las finales será espectacular y con final de fotografía para varios equipos.
Tras el clásico capitalino, esos dos también levantan la mano.
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