En algún momento reciente fue el primer candidato para dirigir a la Selección Nacional.

Nada extraño porque se le considera el sabio del futbol. Su experiencia, agudeza y excentricidad lo ponen en la mente de cualquier equipo importante del mundo que tenga vacante la plaza de entrenador.

Marcelo Bielsa, de paso en el futbol mexicano con Atlas y América como en tantos otros lugares donde se le ha visto pasar fugazmente, suele dejar huella.

En Newell's o en la Selección argentina. En la de Chile o en el Athletic de Bilbao, en Francia con experiencias explosivas o en todo lugar donde se le ha visto. No pasa inadvertido, aunque no siempre le haya ido bien, como sucede con cualquier profesional.

Bielsa aplazó la invitación para venir a México -un lugar que le gusta y respeta- porque estaba en pláticas con un club inglés de tanta tradición como múltiples calamidades: el Leeds United. Mítico en la década de los 70, había pasado los últimos 17 años en el más gris de los purgatorios.

En ese tiempo sufrió bancarrota, irresponsabilidades directivas, venta, descensos, abandono de su afición y pésimos resultados deportivos.

Bielsa ya había sido buscado por el West Ham pero las ambiciones de la directiva eran diferentes a las del Leeds, que deseaba reformar totalmente su pasado, confiándole todo el proyecto.

El gurú de Guardiola y de Simeone y pieza deseada por decenas de equipos, decidió aterrizar en la Segunda División inglesa.

Según la revista inglesa FourFourTwo, Bielsa no reparó en la oferta, sino en el objetivo de volver a hacer grande a un histórico. Por lo menos poniendo las bases para ello, dado que su estancia máxima en cada lugar ha sido de tres años. No es amigo de hacer huesos viejos en ningún lado porque se le desgastan el reto y las relaciones personales.

Entre la llamada del Leeds y la entrevista en persona, Bielsa había visto toda la campaña anterior: 70 horas de video. Ya se sabía de memoria la alineación de todos los equipos del circuito.

Su método fue respetado y apoyado.

Exigió mejorar las instalaciones -con costo de 600 mil libras-, impuso entrenamientos extremos para que sus jugadores aprendieran a mejorar la posesión de balón y todo el torneo ha estado entre los primeros tres lugares de la tabla.

Ha contagiado a la ciudad de Leeds con una fiebre hacia su equipo que arde cada día de juego con llenos sin cesar y al vencer al Sheffield Wednesday el fin de semana pasado, es sublíder a falta de cuatro fechas. Los primeros dos de la tabla ascienden a la Premier League.

No todos los milagros suceden en Amsterdam. Leeds tiene el suyo, con la firma de un viejo y admirado conocido del futbol mexicano que de tan loco, se convirtió en sabio.

 
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