"Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho".
(Isaac Asimov, 1920-1992)
A lo largo del Apertura 2014 revalidaremos que la esperanza, deseo, confianza o fe del aficionado no tienen límites.
Ellos han probado mil veces la amargura de la decepción y, sin embargo, ahí estarán partido tras partido al borde de la cancha de futbol.
Pero con el arranque del torneo, también la implacable realidad se hace presente, y es ésa la verdadera confrontación que hace de este espectáculo un credo.
¿Hasta dónde llegarán los Tigres y el Monterrey? O mejor dicho: ¿terminará empatando la ilusión frente a la realidad?
A diferencia de los Rayados, los Tigres optaron por dar "delete" a jugadores que suponíamos eran intocables para la institución.
De alguna manera llegó Nahuel Guzmán por Palos, el "Cacha" por Salcido, Guerrón por Danilinho y, entre Pulido, Lugo o Marcos Ruben tratarán de cubrir el legado de un ídolo como Lucas Lobos.
Como toda idea futbolística, la de Ferretti tampoco se ha escapado de no funcionar. Y un equipo como Tigres, que tiene excelentes patrocinios, inmejorables ventas, magníficas instalaciones y una gran afición, jamás se puede dar el lujo de volver a contabilizar sólo seis victorias en casa en los últimos 18 juegos, o marcar 13 goles en un torneo.
Si se necesitaba una depuración en el plantel, al estilo de jugar sistemáticamente la pelota al pie y rara vez al espacio también le urge una purga.
En esta nueva edición ¿aparecerán más movimientos desmarcantes?, ¿más velocidad de traslado?, ¿más inspiración individual?
Si Ferretti quiere incrementar las opciones de gol, forzosamente tendrá que equilibrar el exceso de apoyos detrás de la línea de la pelota con falta de opciones adelante, y ése es el reto.
Del otro lado de la Ciudad, el Monterrey apuesta a reencontrar los primeros lugares respetando en buena medida la base de jugadores que ganaron los tres títulos de Concacaf, pero que a la vez sólo superaron los 24 puntos en un torneo de los últimos seis.
¿Qué nivel mostrarán Suazo, Zavala, Neri, Chelito, Arellano, Mier y Lucas Silva? ¿O volverá a ser el entrenador el culpable?
Pero sin restarle responsabilidad, también le llegó la hora a Carlos Barra para evidenciar de una vez por todas si lo suyo es la cancha o el escritorio.
Por lo pronto, veo que Rayados aún no tiene plenamente definido cómo quiere jugar, qué estilo pretende implementar y con qué sistema. El propio corto recorrido de Barra tampoco nos ofrece pistas de cómo lo pretenden lograr.
PD: Y para que todos nos divirtamos, por favor: intenten devolver el futbol a la condición de juego.
Lo escrito, escrito está.
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