México tiene siete encuentros sin conocer la victoria, los últimos dos con el cuadro principal, y ése es el que nos representará en la Copa Oro 2015.

Muchas quejas con el arbitraje, un "Chícharo" Hernández lesionado, muchísimas excusas, paupérrimo futbol, culpables por todos lados, menos en el banquillo de reservas, y una ridícula efectividad ofensiva.

En resumidas cuentas y a escasos días del inicio de la competencia, lo único que quedaron fueron dudas, muchas dudas.

Luego de ver los dos partidos de preparación del equipo de Miguel Herrera, ambos carentes de lo mas básico para ser competitivos, se me ocurrió dar una vueltecita al pasado de nuestra Selección.

Las dudas, previo a una competencia importante, han sido una constante en la historia del Tri. Ésas se desarrollan y crecen rápidamente frente a rivales con poca calidad, dejan un mal sabor de boca y mandan al suelo las expectativas.

Pese a que normalmente muestran deseos, como lo enseñado el miércoles frente a Honduras, las confusiones con el sistema táctico, la falta de goles, de ideas en la media cancha y también muestras de exceso de confianza de parte de algunos que juegan en el extranjero, no es algo nuevo, también se ha visto con otros técnicos, no sólo con el "Piojo" Herrera.

Pero mi hallazgo en esta vuelta al pasado me dio tranquilidad y me enseñó que no hay motivos para preocuparnos, menos para dudar.

Sufrir previo a una competencia parece una necesidad del Tri, y de las dudas dejadas en el camino, sacan la inyección de humildad, encuentran la forma de unirse como grupo y componen lo descompuesto.

Recuerdo que antes de viajar al Mundial de Brasil la maleta más grande que cargaban los mexicanos era la de las dudas, y creo que superaron, hasta me atrevo a decir que por mucho, nuestras expectativas.

La historia, en muchas otras ocasiones, nos enseña que basarnos en lo que dejan los duelos de preparación para depositar o no nuestra confianza en el Tri es un error, y estoy totalmente de acuerdo con ella.

Por otro lado, el impresionante crecimiento futbolístico de la Liga de nuestro país vecino y la gran preparación que tuvieron los seleccionados estadounidenses, rosándose con grandes potencias mundiales, obligará a los mexicanos a alcanzar su mejor nivel posible, si quieren competir con reales chances de levantar la copa de campeón.

Luego de la ridícula participación en la Copa América, esta edición de la Copa Oro, según mi punto de vista, deberá definir el futuro de Miguel Herrera como técnico del Tri.

Seguro que el "Piojo" rezará para que la historia tenga la razón.

 
 
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