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Johan Cruyff
Mario Castillejos | 29-03-2016
en CANCHA
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"Nací justo después de la guerra, en 1947. Un tiempo difícil. Mucha gente cercana había perdido a los suyos. Mis padres tenían una tienda de frutas y verduras; empezábamos lo que podríamos llamar una vida nueva en un barrio de la periferia de Ámsterdam.

"El campo del Ajax estaba a dos minutos de casa. Mi juguete preferido era la pelota. Mi padre murió cuando yo tenía 12 años; enfermó del corazón, en el fondo lo mismo que tuve yo.

"Mi madre tuvo que vender la tienda. Perder a mi padre fue un problema enorme. Nos hacía mucha falta, en todos los sentidos. Mi madre empezó a trabajar en el Ajax limpiando los vestuarios; iba a verla a menudo y los jugadores me dejaban jugar con ellos.

"Cuando pasé a profesional, con 16 años, no quise que siguiera y ella buscó otra cosa. En aquellos años toda la gente del club me ayudó mucho. Y aunque estaba muerto, con mi padre siempre tuve una relación perfecta". (Extracto de la entrevista con Joana Bonet, El País, 9 de enero del 2014).

Su llegada al Barsa: "Cuando vine aquí (Barcelona) había problemas políticos y deportivos: mi club, el Ajax, me había vendido ya, de palabra, al Real Madrid. Pero como yo siempre he sido de 'lo que ellos dicen no lo hago' y tenía ya relaciones en Barcelona, a través de dos antiguos entrenadores míos, Vic Buckingham y Rinus Michels, me dije: 'No voy para Madrid, voy a Barcelona'.

"Y a partir de ahí se organizó un lío tremendo: con los papeles, el transfer, la clasificación de Holanda para el Mundial".

Su sentido de la justicia: "Bueno, nosotros, por ejemplo, jugamos el Mundial de 1974, y hacía justamente dos años que el futbol era profesional. Las empresas venían, había promociones, y la Federación, en esa época, negoció con Adidas.

"Querían que lleváramos su camiseta, y yo pedí mi parte. Me la negaron diciendo que la camiseta era suya, y yo les dije que la cabeza era mía. Entonces en todo el Mundial jugué con una camiseta diferente del resto".

Devolvió la insignia de presidente de honor del Barcelona: "Para mí la presidencia de honor es una responsabilidad y, si no hay diálogo ni respeto, es una incoherencia e hipocresía seguir llevando esa distinción".

Lo que más le molestó del Barsa: "Que con el presupuesto que tienen eliminan los deportes amateur del club, que es más que un club. Siempre la excusa del dinero".

Al final de su carrera como profesional, el presidente del Ajax lo quiso desprestigiar diciendo que estaba viejo. Con 38 años, fichó para el Feyenoord, archirrival del Ajax, y ganó la liga, la copa y fue el goleador del equipo.

Luego declararía: " Con la rabia que uno siente se puede llegar muy lejos".

"Voy ganando 2-0", dijo la última vez que se le escuchó en público, hace apenas un mes.

PD: Con Cruyff importa el futbol, ese deporte que se juega con la cabeza y en el que los pies sólo ayudan. Y lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

 
 
Twitter: @castillejos_m
castillejos@elnorte.com
 
 
 
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