Aficionada, aficionado, sé lo que se siente. ¿Han sido días difíciles para ser de Cruz Azul? Por supuesto. ¿Semanas? Claro. Y si nos vamos más atrás, seguramente encontraremos más penas que días gratos, pero así puede ser el futbol. O al menos esta historia.
Sé que a veces no comprendes la razón por qué no gana tu Cruz Azul. Le das una vuelta tras otra a las alineaciones, ves los resúmenes de los partidos, haces cuentas en el calendario, intercambias puntos de vista con los demás, les dices qué jugador debería jugar en vez de otro, haces cuentas en el calendario, y al final sólo suspiras.
El futbol es parte de tu vida. Es un desahogo, un abandono de todo lo demás. Por eso, lo mínimo que pides es que los futbolistas le pongan... ganas. Aunque, sólo con eso, no se puede vencer en este deporte. Es más complejo.
Por estas razones, cuando se le tiene mucha fe al futbol, puede venir la decepción. Suena desgastante. ¿Mi sugerencia? tomarnos esta actividad como un complemento de nuestro día a día y no como un todo.
Pero, es mero consejo, porque, si algo queda claro como azules, es que nadie podrá decirte qué festejar o qué no, con qué sufrir y con qué no. ¡Qué atrevimiento el mío!
Twitter: @_johancorona |