Las porras son parte importante del futbol. Muestran lealtad y fidelidad dentro y fuera de la cancha, pero tristemente no siempre son pacíficas.
Los mexicanos somos reconocidos por muchas cosas, desde el nacionalismo que nos une en momentos de incertidumbre hasta las acciones de segregación que tomamos por cuestiones políticas, sociales o económicas. Y, si hay un momento en el que mostramos las 2 es en los partidos de fútbol.
Aunque se diga que esto es normal y consecuencia de la competencia, no se pueden justificar los ataques y enfrentamientos entre las diferentes porras. Estas conductas son totalmente antideportivas.
No hay nada de malo con que cada quien apoye a su equipo, de hecho eso es lo que hace interesante al juego, pero se tiene que cuidar el no agredir a los contrincantes ya que al hacerlo le quitamos importancia a lo que la necesita.
Un claro ejemplo de esto es lo que pasó con el camión de la porra del Club Santos: unos hinchas rompieron las ventanas del transporte a pedradas y varias personas resultaron heridas lo que provocó que se perdiera la importancia al juego que dio este equipo contra el Atlético San Luis. Gente, en verdad, enfoquémonos en lo que en verdad importa.
Eduardo D. Mayer es redactor de temas de entretenimiento en MediaLab, de la Universidad Panamericana.
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