Alos 15 o 16 años la mayoría de los futbolistas mexicanos no conocen el Estadio Azteca, pero todos sueñan con jugar algún día en esa cancha... a esa edad la mayoría de los adolescentes enfrentan serios problemas para definir sus gustos y vocaciones, por lo que deciden ensimismarse... a los 16 años no parece haber mejor lugar que la cama y la habitación de la casa de mamá, por lo que solo algunos pocos de ellos se lanzan en busca de sus sueños, sin importar la nostalgia o el sacrifico y que en muchas ocasiones no verán retribuido a pesar de los años invertidos.

En Pachuca existe un grupo de futbolistas, de 15 y 16 años, donde se han padecido intentos de suicidio, se han enfrentado cirugías a corazón abierto, se han atendido y sobre llevado casos de sordera y se han visto muestras de solidaridad increíbles: la adopción de un compañero por otro del mismo plantel, tras el asesinato de su madre a manos del padre y su posterior suicidio.

Un equipo tan joven que vive toda esa problemática, más la que implica dejar sus hogares para vivir en un centro de alto rendimiento, no puede ser como los demás, simplemente tiene que ser distinto.

El sábado 24 de agosto decidieron mostrar, en el escenario más imponente de México, que son diferentes: perdían la Final del Torneo Internacional, organizado por la Liga MX, ante el Atlético de Madrid 2-1. En la última jugada, como suele suceder en muchos partidos, el portero Betuel Sánchez fue a tratar de anotar en el tiro de esquina. Llegó el centro y el joven de Cozumel se levantó y conectó un preciso remate de cabeza pegado al poste, que por supuesto desató la euforia. Ya en los tiempos extras el Director Técnico Jan Westerhof decidió cambiar de portero, por lo que ingresó Fernando Carreón, de cara a la tanda de penales. Si algo quiere un portero en una Final que se decide de esa manera, es justamente ser el encargado de tapar los tiros penales, con la posibilidad de llevarse la gloria. Sin embargo, ambos porteros se abrazaron y Carreón se dispuso a ser el segundo héroe del día... y lo fue: atajó cuatro y anotó el suyo. Pachuca campeón y sus dos porteros, a los 16 años, dieron la vuelta al mundo vía redes sociales.

Betuel Sánchez y Fernando Carreón hicieron en pocos minutos lo que muchos arqueros, quizá la mayoría, no logran realizar en toda su carrera.

Carreón ya sabía lo que era jugar en el Estadio Azteca (con resultados adversos), pero ni en su más increíble fantasía pensó en tapar cuatro penales y anotar uno. Betuel jugó por primera vez en tan maravilloso escenario este día, el día que se cumplió el sueño que muy probablemente aun no había soñado.

A los 15 o 16 años el cuerpo continúa en desarrollo, la inestabilidad emocional caracteriza los días con sus noches. Pero a los 15 y 16 años también es posible formar parte de un grupo ejemplar, original y extraordinario que supera problemas, tragedias y padecimientos en conjunto, para después entrenar, vestirse de azul y blanco, jugar futbol un rato y lograr hazañas que maravillan al mundo en la mismísima cancha del Estadio Azteca, en un sábado cualquiera.

 
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