Decían en mi época que "los porteros únicamente descansan los domingos", en referencia al día del partido tradicional en aquellos años y en alusión a los extenuantes entrenamientos que siempre han caracterizado este formidable oficio...
Tuvieron que pasar 5 torneos de trabajo diario, pero sin actividad en Liga para que, por fin, llegara la oportunidad de mostrar a todo el País que América tenía un portero suplente confiable y preparado para la ocasión.
Y es que Óscar Jiménez llegó al América de manera un tanto extraña para el Clausura 2017, tras 7 torneos en Jaguares de Chiapas, donde alternó la titularidad. Ricardo La Volpe decidió llevarlo como suplente de Marchesín, aunque no deja de sorprender que un equipo como América no cuente con arqueros juveniles, capaces de llegar al primer equipo tras el surgimiento de Memo Ochoa, hace muchos años.
Durante estos 5 torneos que transcurrieron con Jiménez en la banca, vimos a Marchesín permanecer varias veces en el campo lesionado, golpeado y hasta contracturado, pero jamás dejó su lugar al de Ciudad Juárez, hasta que, repentinamente, fue contratado por el Porto e irremediablemente tuvo que dejar su lugar a Jiménez... y a Memo Ochoa.
Tras el triunfo en Toluca de la Jornada 4, Miguel Herrera sólo tuvo merecidas palabras de elogio para su portero, quien le demostró que estaba en alerta para cualquier solicitud. Dos victorias en sus dos primeros partidos de Liga con América, tras mucho tiempo de espera. Por otro lado, se ha criticado al técnico del América por no entregarle de palabra la titularidad a Ochoa, una vez que se confirmó su contratación. Lo cierto es que las actuaciones de Jiménez y su capacidad de compañerismo le obligan a darle, al menos en público, el beneficio de la duda para tomar con mesura la llegada de Ochoa.
Jiménez ha hecho bajo la sombra lo que todo arquero suplente debe realizar y lo que, de hecho, hemos visto con mucho agrado en la Liga BBVA: sin duda el caso más notorio se ha dado en Toluca, tras la prolongada lesión de Alfredo Talavera hace tiempo. Por varios meses, entre el 2017 y 2018, observamos a Luis García Palomera cubrir la portería mexiquense con sobresalientes actuaciones una y otra vez. Lo mismo ha sucedido con Carlos Acevedo en Santos, cada vez que ha tenido oportunidad de alinear. No se diga en Puebla con el "Araña" Jesús Iván Rodríguez o en Morelia con Luis Malagón. Todos ellos excelentes porteros mexicanos.
Jiménez ha levantado la mano cuando se pensaba que América no contaba con un portero suplente de confianza. Hoy sin duda tendrá mucho más credibilidad su trabajo y de paso deberíamos aprender la lección que nos muestran todos estos arqueros "suplentes", quienes visualizaron la oportunidad a sabiendas que tarde o temprano llegaría y, por lo tanto, han demostrado su preparación, calidad y deseos al momento de ocupar el arco de sus respectivos equipos.
Antes los porteros únicamente "descansaban" los días de partido. Hoy, nos queda muy claro, que los suplentes no pueden darse ni siquiera ese lujo, y tras verlos en acción, claramente no se lo dan.
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