Por aceptación o por rechazo, por pensar como uno o por ser de una corriente diametralmente opuesta, Mario Castillejos era esa clase de personaje al que voluntariamente se le ponía atención. La indiferencia no tenía cabida cuando tomaba el micrófono. Expresara lo que expresara, tuviera o no tuviera razón.
Contundente, preparado, pero sobre todo, apasionado y entregado a su profesión.
Parte medular de esa forma tan particular en como se consume el futbol regio. Uno de los tantos culpables de que en Nuevo León se desayune, coma y cene futbol. No era la vela de la pasión pero sí, uno de los fuegos que la encendía. Estimulador y potenciador de polémica.
Por obvias razones, nunca compartimos transmisión, pero el destino me hizo coincidir con él un sinfín de ocasiones en estadios, Finales y Mundiales. Era él quien se adelantaba para saludarte. Ganaba la carrera por ser el primero en acercarse para estrecharte la mano o para levantarla a lo lejos para darte la bienvenida a distancia.
Como si se tratara de un don especial, veía todo aquello que nadie observaba en la cancha y comentaba lo que pocos se atreverían. Eso lo hizo auténtico. De estilo peculiar, transmitía sin barroco vocabulario, sin filtros y sin tapujos. Prefirió el tono amigable y la misma naturalidad del que habla de futbol mientras come carne asada con los amigos entre risotadas y finos cortes.
Mario dejó huella, imprimió un estilo y fue parte importante en el día a día del futbol regio. Deja un hueco enorme en el mundo de la comunicación. Rayados, Tigres, amigos, compañeros y colegas lo habremos de extrañar. Y también sus lectores de Cancha.
BIEN CRUZ AZUL Para un equipo tan sediento de Liga, cualquier otro torneo conquistado y que vaya directamente a las vitrinas, debe ser motivo de satisfacción.
Cruz Azul ganó la naciente Leagues Cup. Si vale o no, si el certamen es de papel o no, si tiene relevancia o no, la obligación de un equipo con la trascendencia de La Máquina sigue siendo la misma: ir por todo lo que tenga enfrente.
Enmedio de semanas turbulentas, de crisis y de inestabilidad institucional, la Leagues Cup es bálsamo puro para Cruz Azul. Un calmante en forma de ungüento que aminora los golpes que vienen desde las fibras del equipo.
TIGRES, PREOCUPA Para la categoría de Tigres, ya son muchos los partidos don.de no encuentra la victoria. Seis para ser exactos entre Liga y la Final de Leagues Cup. Si esto no es crisis, entonces ¿qué es?
La costumbre de compararse con la actualidad de Rayados reduce el impacto. Eso es lo que pasa. Como Rayados está peor, el término crisis se traslada por default al Barrial.
Y lo de Nahuel, reprobable. Ya le gustó jugar con una granada en la mano.
Algo no anda bien con Tigres. Se ha perdido la estabilidad emocional (más allá de otras cosas).
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