Durante muchos años, se habló que el día que México tuviera más jugadores en el futbol europeo sería el día en el que pasaríamos de nivel.
Lo que sucedió es que durante la década de los 90 México contó con una gran generación de futbolistas con liderazgo, entrega y talento, pero como no lograban el objetivo final, entonces había que encontrarles el punto de mejora, y en pleno boom de los 90 todos se resolvía con la globalización.
Veintitantos años después nos toca aceptar que el diagnóstico fue simplón y resulta increíble que esta postura no solo siga vigente, si no que sea la postura reinante.
Es tanta la presión de la opinión pública por mandar jugadores a Europa que han puesto a los equipos nacionales en una posición sumamente incómoda, a tal grado de estar dispuestos a perder en las negociaciones con tal de que no les hagan un escandalito en redes acusándolos de "cortarle el sueño" a un futbolista.
Yo entiendo que la Selección Mexicana es el equipo de todos, pero la neta es que México juega cada cuatro años el Mundial y la Liga MX todas las semanas.
Entonces, si ya nos dimos cuenta que exportar jugadores al Viejo Continente no necesariamente elevaría el nivel de nuestra Selección, por qué no lo intentamos fortaleciendo nuestra Liga en lugar de debilitarla.
Entiendo si a ustedes les gusta emocionarse en Twitter los sábados por las mañana cada que un jugador mexicano mete gol, pero yo preferiría verlos cada semana de cerca en la Liga MX.
El problema invisible está tan metido en la mentalidad del jugador nacional, que son capaces de sabotear su propia carrera por un rato con tal de cumplir su voluntad.
Lo peor del caso es que al final de la novela lo villanos vuelven a ser los de pantalones largos y los futbolistas las victimas.
Ahora resulta que si compras un jugador domésticamente en 10 millones lo tienes que vender en menos y tragarte la pérdida con tal de que el futbolista cumpla su sueño.
Para estos tiempos ya deberíamos saber que el "cómo importa más que el dónde", pero como todas las señales que nos manda la mercadotecnia son contrarias prefieren el estatus internacional aunque sea oxidándose en la banca que jugando en su País.
La buena noticia sobre este tema es que Gerardo Martino está muy consciente de esto y desde sus primeras conferencias de prensa dejó claro que las becas europeas terminaron.
Al primer mundo deben ir los mexicanos que hayan ganado cierta jerarquía en la Liga MX porque nuestra Liga es fuerte financieramente, situación diferente a la mayoría de las Ligas latinoamericanas que se ven obligados a rematar a sus jugadores jóvenes con tal de sumar unos dólares en la cuenta.
Apostemos por lo nuestro!!!
Twitter: @AldoFariasGzz |