"Hay infinitos más grandes que otros" (Bajo la misma estrella, John Green).
Tuvieron que pasar 149 partidos para que el Monterrey recuperara el sitio más alto en una tabla general. El equipo de Barra, simple y sencillamente, arrancó en el Apertura 2014 con una perfecta eficiencia numérica.
Pero cada vez que desmenuzamos el futbol únicamente desde las matemáticas, caemos en ese extraño y salvaje terreno donde los exploradores se pierden a menudo. Por eso, a veces el futbol quiere que sólo lo observen.
En Pachuca, tenemos que resaltar que Dorlan Pabon solucionó el problema con una maniobra que ya no le correspondía a ese partido. El ecuatoriano tomó el balón y, como depredador, olió la sangre.
En el inicio de su discurso, le fracturó dos vértebras a Hugo Rodríguez, para luego, con enérgico disparo cruzado, delegarle al poste la responsabilidad del gol. Y como esto se gana concretando, toda la gloria fue únicamente para el visitante.
Si usted prefiere obviar los 89 minutos que antecedieron la mencionada acción, mejor relea la columna de Sancadilla, porque en buena parte de los renglones que siguen se sustentan importantes acontecimientos que no necesariamente favorecen al Monterrey.
De entrada, Pachuca bombardeó la portería de Jona con 41 centros y, el 35 por ciento de éstos fueron completados. A manera de muestra, el debutante Heriberto Olvera, desde la banda izquierda, lanzó ocho, mientras que Rodrigo Salinas, desde la derecha, siete. Además, los locales tiraron 18 veces a gol, 10 fuera del área y ocho desde adentro. Jonathan Orozco atajó cuatro de gol.
En el reparto de las responsabilidades tenemos que remarcar que los Rayados defienden muy mal los costados de la cancha, sin olvidar que Juárez y Velarde tampoco han aparecido con profundidad en el ataque.
Y si los extremos no defienden y los laterales no atacan, el sistema fácilmente se fractura, pero mientras el equipo aún sigue buscando las herramientas adecuadas para que sus futbolistas se expresen, el equipo ya cuenta con seis magníficos puntos.
Del otro lado de la ciudad, con 38 grados de calor, los de Ferretti se despacharon con cuatro contundentes anotaciones. El tema de Pulido pasó a segundo término cuando el que decían era la figura del equipo, por lo menos frente a León, ni remotamente se le extrañó.
De ninguna manera hay que echar las campanas al vuelo porque esto apenas comienza y los excesos de apoyos detrás de la línea de la pelota aún aparecen. Pero a diferencia del año pasado, cuando llegan a zona de gol, las opciones de remate son más numerosas. ¿No cree usted?
PD: "Sin dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?", John Green.
Lo escrito, escrito está.
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