Con su cara de superlíder descolorida en esta Liguilla, el Monterrey saltó a la cancha con la difícil misión de frenar a una poderosa delantera y a la vez volver a reencontrarse con la efectividad ofensiva perdida.

Nacho Ambriz, con la desventaja de jugar de visitante y la ventaja de jugar por el empate, no quiso correr riesgos y metió de inicio a Sambueza.

En el ambiente en el estadio, previo al partido, era una mezcla de confianza de ver a su ataque recuperar su condición de matadores con un toque de incertidumbre de si lograrían evitar que les anotaran.

En la cancha, la realidad era clara: el Monterrey necesitaba la perfección en todas sus líneas y el America bailaría acorde a la música ofrecida por su rival.

Arrancado el encuentro, las especulaciones ya eran cosa del pasado y desde el ingreso de los equipos a la cancha el espectáculo ya hacía su aparición.

El decimosegundo jugador rayado, su apasionada afición, empezó a aportar en pro de su equipo, ya que pintó de azul y blanco el graderío y le dio a sus jugadores motivos de sobra para dejar todo en la cancha y dar su mejor partido en su nueva casa.

¡Y así fue!

Haciendo casi todo perfecto, los Rayados volvieron a mostrar su poderío; Cardona puso su toque de crack y aportó a la causa rayada; Carlos Sánchez corrió, luchó y anotó un soberbio gol y con el uruguayo y el colombiano teniendo una vistosa participación la colectividad fue beneficiada.

El Monterrey fue más que el América durante todo el encuentro; cambió la pasividad con que estaba afrontando esta Liguilla por una agresividad futbolística, que combinada con un buen orden táctico y un mejor trato a la pelota lo llevó a una victoria histórica en el BBVA.

Lamentablemente, luego de haber disfrutado uno de los partidos más impresionantes y emocionantes que he visto, cerca del final el buen arbitraje de Roberto García Orozco se vio envuelto en una gran polémica al señalar un penal que volvió locos a los americanistas.

En lo personal tuve la necesidad de ver varias veces la repetición y me costó trabajo llegar a la conclusión que yo no señalaría esta jugada como un penal; otros compañeros me decían que sí era penal.

Bajo un ambiente hostil en la cancha y lleno de dudas fuera de ella, con todo y repeticiones, creo que lo más justo es indultar al árbitro central, que lamentablemente no tiene a su alcance la tecnología que teníamos nosotros y como quiera las opiniones eran dividas.

Para los que creíamos que esta eliminatoria Monterrey contra America sería una Final anticipada, le atinamos.

Monterrey es un digno finalista.

 
 
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