Jugando un mal primer tiempo y siendo dominante en la segunda mitad, Monterrey y América nos dieron una probadita de lo que será la Liguilla.

Goles, llegadas y una impresionante demostración de dirección técnica de Tony Mohamed, quien luego de estar abajo en el marcador movió su sistema táctico, logró cambiar por completo la cara del partido.

Cuando he criticado a técnicos por su postura táctica inflexible de manejar a sus equipos a eso me refiero; me gustaría verlos intentar desde la banca cambiar la postura y personalidad de sus equipos y del juego.

Puede que al intentar dichos cambios se corra el riesgo de que ésos podrían no surtir el resultado esperado; el equivocarse buscando ajustes tácticos está permitido en el futbol.

Lo que me parece inadmisible es ver a un entrenador hacer los mismos cambios siempre, aunque ésos no le den frutos, o verlo con los brazos cruzados esperando un error del rival o que caiga del cielo la solución de sus problemas en la cancha.

Aplaudo a Mohamed por lo que mostró frente al América, ya que supo corregir, convirtió a los perdidos Rayados del primer tiempo en un equipo propositivo que no solo evitó perder, ya que estuvo cerca de la victoria.

No puedo dejar pasar por alto el error arbitral que puso en ventaja al Monterrey, nunca fue penal sobre Funes Mori.

En resumen, el América fue mejor en el primer tiempo y el Monterrey lo superó en el segundo, una victoria de uno u otro creo que sería una injusticia.

 
 
QUE NO SEA TARDE
 
En zona de Liguilla amanecieron los felinos, pero con su futuro todavía incierto.

Terminó con dos delanteros, varios volantes ofensivos, con toda la carne al asador, como se dice en el lenguaje futbolero, pero la desesperación ofuscó a sus delanteros, que se cansaron de fallar.

Ricardo Ferretti hizo lo que muchos pensaban sería lo correcto. En lo personal no responsabilizo al entrenador felino por el magro resultado frente al débil Veracruz.

Para los que les gustan encontrar y señalar culpables no hay mejor lugar para buscarlos que en al cancha.

Tigres no fue brillante, pero hacía mucho que no generaba tantas oportunidades claras para anotar.

El "Tuca" no falló ayer el cabezazo sin portero, fue Gignac; el disparo del manchón penal, ése fue Rafa Sobis, entre otros muchos errores.

Mientras yo veía el encuentro me preguntaba ¿por qué el "Tuca" no arriesgó y se atrevió así en los anteriores encuentros?

Todos sus cambios traía la etiqueta de necesidad, de empuje y obligación, como debió haber sido desde la primera jornada.

Estoy seguro que si esa actitud hubiese estado presente en meses atrás, hoy Tigres estaría clasificado, de lo contrario los culpables serían otros.

Espero que no sea tarde.

 
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