El arranque de la Jornada 15 puso en apuros a los Tigres, que saltaron a la cancha del Territorio Santos Modelo con la necesidad y el peligro tocándoles fuerte a la puerta.

La victoria de 3-1 de Pumas sobre Tijuana no sólo sacó al equipo de Ferretti de la zona de clasificación, también fue una fuerte presión que se convirtió en un adversario más a vencer.

Jugando a lo que ya conocemos todos, pero más que nunca bajo la obligación de ganar, los Tigres tenían que sorprender, hacer algo diferente en lo colectivo o rezar para que sus individualidades sacaran a flote al equipo... ¡y no fue así!

Los Tigres volvieron a lo mismo: más posesión de la pelota, pero menos efectividad que su rival, tomando en cuenta que en el futbol todavía se gana con goles y que tener más el balón en los pies que el rival no otorga puntos.

Sobra decir que a los felinos otra vez no les fue bien y las cosas empiezan a ponerse color de hormiga.

Y mientras los Tigres en las próximas 2 jornadas lucharán por evitar lo que sería un gigantesco fracaso, los Rayados alcanzó los 36 puntos para empatar una marca, aseguró ser líder de la competencia y recibió una importante lección sin que le costara absolutamente nada.

Los Rayados nos enseñaron en los primeros 45 minutos su perfil de campeón, ya que fueron atrevidos, con cambios de ritmo desequilibrantes, movilidad, en fin, todo lo que requiere un equipo para ser llamado espectacular.

Sin embargo, en el segundo tiempo nos mostró cómo un buen y dominante equipo puede perder todo lo que logró con tanto trabajo por confiarse demasiado.

Señores, hacer historia y ser campeón es la consecuencia de una perfecta sincronización entre calidad individual, orden táctico, disciplina, humildad, entrega, profesionalismo, en donde destaco el respecto al rival, como dice la letra del himno de los Rayados.

¿Quién puede parar a ese equipo si logra moldear, unir y utilizar todos esos conceptos?

Pues ayer vimos cómo en el segundo tiempo le faltaron el respeto al rival, no fueron humildes, se relajaron creyendo que con los dos goles anotados en la primera mitad sería suficiente y, vaya susto, y vaya lección; de dominador pasó a ser dominado.

Entre todos los rivales de los Rayados en esta Liga yo veo como el que podría ser el más peligroso la soberbia actitud, sí, esa que mostraron en el segundo tiempo frente a Querétaro y que afortunadamente tuvo un final feliz.

Mohamed puede agarrarse de esos 45 minutos para impartir una buena charla y darles a sus muchachos un buen baño de humildad. Creo que es un buen momento para hacerlo.

 
 
Twitter: @krek9
careca@elnorte.com